Nalbandian brilló una vez más y hoy va por la

David Nalbandian inscribió ayer su nombre en la historia grande del tenis argentino y sudamericano de hombres, al clasificarse para la final de Wimbledon, el torneo más importante del mundo, tras completar con éxito su partido ante el belga Xavier Malisse, a quien venció en cinco sets y se ganó el derecho a definir el título ante el australiano Lleyton Hewitt.

Nalbandian, nacido en Unquillo, Córdoba, hace 20 años, apabulló por 6-2 en apenas 32 minutos a su rival, y completó la victoria que se había complicado un poco el viernes, cuando el partido debió ser suspendido por falta de luz natural cuando estaba igualado en dos sets, con parciales de 7-6 (7-2) y 6-4 para el argentino, y los dos últimos por 6-1 y 6-2 para Malisse.

El cordobés dejó aún más atrás el récord de Guillermo Vilas (fue dos veces cuarto finalista) y también se convirtió en el primer jugador que se consagra finalista en su primera participación, una marca que poseía el norteamericano Jonh Mac Enroe, semifinalista tras su debut absoluto en Wimbledon.

Nalbandian tendrá mañana la oportunidad de seguir haciendo historia, aunque en la final lo espera nada menos que el número uno del mundo, Leyton Hewitt.

El antecedente del argentino con Hewitt no lo favorece, puesto que perdió la única vez que lo enfrentó, que fue en abril en el torneo Conde de Godó, en Barcelona, cuando el australiano lo superó por 6-2 y 6-4 en octavos.

Nalbandian, 28vo. cabeza de serie, se consagró finalista por que logró imponer su tenis por sobre el de Malisse (27mo. favorito), y también porque en los momentos adversos sacó a relucir un temple propio de los grandes.

El argentino parecía encaminarse al triunfo tras los dos primeros sets jugados ayer, en los que funcionó su devolución y eligió bien los momentos para atacar, pero luego se complicó en los dos últimos parciales, aunque la llegada de la noche a Londres lo favoreció.

El cordobés diagramó una nueva táctica con su entrenador Gabriel Markus, y salió a jugar con decisión ante Malisse, al punto que, pese a perder su saque en el tercer punto y quedar 2-1 abajo, fue exclusivamente por sus errores no forzados.

Nalbandian recuperó el quiebre en el cuarto punto y luego sacó profundo para ganar en cero su servicio, lo que le permitió pasar al frente por 3-2.

El cordobés volvió a quebrar el servicio de Malisse, se puso 4-2 e inesperadamente sufrió para mantener su saque. Y es que Malisse acertó con un par de derechas sobre las lineas y dejó al argentino dos breaks abajo.

Fue entonces cuando Nalbandian sacó lo mejor de su repertorio, salvó los dos breaks, se puso 5-2 y se sintió ganador, ya que volvió a quebrar a Malisse con un par de devoluciones excelentes y concretó un 6-2 que le permitió consagrarse finalista.

La victoria del cordobés es el punto más alto de un año que el tenis argentino no olvidará por muchísimo tiempo.

En ese sentido, el acceso a semifinales del equipo de Copa Davis, la llegada de otra cordobesa, Clarisa Fernández, a las semifinales de Roland Garros, y los títulos de Guillermo Cañas en Chennai (India), del propio Nalbandian en Estoril, más los dos consecutivos de Gastón Gaudio en España, en Barcelona y Mallorca, son las «perlas» salientes de una temporada brillante.

También hubo un gran festejo argentino en la Copa Mundial por equipos que se jugó en Duesseldorf, Alemania, donde una formación compuesta por Cañas, José Acasuso y los doblistas Lucas Arnold y Gastón Etlis se quedó con el título tras vencer en la final a Rusia, el adversario a batir en septiembre por la Davis.

Nalbandian, con su acceso a la final en «la Catedral» del tenis mundial, acaparará hoy todas las miradas en el All England Raquet Club, ya que no sólo es el primer argentino en llegar a esta instancia, sino el primer latinoamericano en hacerlo. (AR y Télam)

El cordobés consideró que es la mejor victoria de su vida

David Nalbandian dijo ayer que la victoria conseguida ante el belga Xavier Malisse fue la mejor de su vida.

«Fue la mejor victoria de mi vida, lástima que no tendré demasiado tiempo para disfrutarla, pero lo intentaré un poco», dijo Nalbandian luego de completar ayer con victoria su partido de semifinales ante Malisse.

El jugador cordobés de Unquillo, de 20 años, venció a Malisse por 6-2 en apenas 32 minutos, y completó la victoria que se había complicado un poco ayer, cuando el partido debió ser suspendido por falta de luz natural cuando estaba igualado en dos sets, con parciales de 7-6 (7-2) y 6-4 para el argentino, y los dos últimos por 6-1 y 6-2 para el belga.

«Es un sueño. No sé como alcancé la final. Quería jugar en Nottingham (la semana anterior a Wimbledon), pero tuve una lesión en la pierna», explicó el tenista, quien de ganar hoy se ubicará en el noveno puesto del ranking mundial.

El cordobés también habló de su país. «Argentina no está pasando por un buen momento y espero poder coronarme campeón para alegrar a la gente y darle un empujón al tenis de mi país y de América latina».

«Cuando viaje a Londres me despedí de mi madre diciéndole que regresaría en pocos días. Pero aquí estoy en la final. Esta semana fue increíble para mí», confesó el tenista, todavía emocionado por haber alcanzado la final de un torneo de GS.

Nalbandian es el primer debutante de la era Open de Wimbledon (desde 1968) que llega a la final, ya que lo más lejos que avanzó un novato quedó registrado en 1977, cuando el estadounidense John McEnroe se clasificó para semifinales.

Ningún argentino llegó tan lejos en el cuadro masculino, lo más destacado fue lo del legendario Guillermo Vilas, quien hace 26 años accedió a los cuartos de final.

En Wimbledon otra argentina estuvo a punto de hacer historia: Gabriela Sabatini, quien en individuales femeninos llegó a la final en 1991 y perdió con la alemana Steffi Graf, en dupla con la cual ganó, en cambio, el título de dobles en 1988.

Nalbandian dijo finalmente que «mañana será un día muy especial, pero también muy difícil porque Hewitt es el número uno del mundo. De todas maneras, cada uno tiene el 50 por ciento de chance. Creo que puedo ganarle», aseveró. (AR y Télam).

Unquillo vivió una fiesta popular

Con un sol a pleno que puso fin a cinco días de lluvia, la coqueta ciudad de Unquillo, ubicada apenas a 22 kilómetros de Córdoba, festejó ayer una nueva victoria de David Nalbandian, el hijo pródigo de un lugar que comienza a trascender gracias a los éxitos del tenista en Wimbledon.

La casa de Nalbandian, ubicada en plena avenida San Martín, fue el epicentro de los festejos de vecinos, amigos y periodistas, quienes compartieron el «sufrimiento» y posterior alegría de los padres de David, Norberto y Alda, debido a la lejanía de su hijo.

«No dormimos en toda la noche, la pasamos con los ojos abiertos», admitió Norberto, quien no pudo ocultar su emoción por el logro histórico de su hijo.

Norberto Nalbandian no se apartó de su cábala y observó el partido por televisión con los mismos familiares que se habían juntado en las jornadas anteriores a seguir a David por internet, y por supuesto, con el mate en la mano.

La tensión que generó el 1-2 inicial, cuando el belga amagó con aguar la fiesta y rompió el servicio del cordobés, se fue apaciguando a medida que el argentino sacó a relucir su enorme potencia.

«David reaccionó en el momento justo, siempre nos dio satisfacciones y no podía fallarnos», comentó Nalbandian padre.

Consumada la victoria, las siempre silenciosas calles de la ciudad se tornaron ruidosas por las bocinas de los autos y la algarabía de la gente, en un sentido reconocimiento a la distancia para ese pibe de 20 años que ayer comenzó a ingresar en la historia grande del tenis. (AR y Télam)