NBA: Toronto, un campeón inesperado

Cuando arrancó la temporada apenas unos pocos fanáticos de Toronto Raptors hubiesen arriesgado que ganarían su primer título. Pero la historia se escribe con hechos y la franquicia canadiense lo hizo con la obtención del anillo de NBA al superar en la final a Golden State por 4-2.

Todavía dura la resaca por los festejos, que seguramente se extenderán por varios días. Es que pasaron 24 años desde que se incorporó al primer y único equipo extranjero que milita en la liga norteamericana.
Una ciudad que tradicionalmente no tiene cultura basquetbolera, pero que fue latiendo a medida que el equipo creció durante la fase regular, en la que finalizó segundo con 58 victorias y 24 derrotas detrás de Milwakee Bucks (60-22).

La Conferencia del Este suele ser más débil por calidad de equipos y nivel de competencia. Desde allí se empieza a entender lo ‘‘inesperado’’ de esta consagración.

El récord le alcanzó para tener ventaja de localía en la definición ante Golden State (57-25). Toronto fue el único de los dos equipos que pudo ganar un partido en casa durante la serie. Lo hizo en el primer partido. De las cuatro victorias con las que los Raptors llegaron al campeonato, tres fueron en terreno de los Warriors la última fue 114-110 el jueves pasado.

En cuanto al juego, Nick Nurse propuso un equipo cuya solidez defensiva fue una gran virtud.

En el otro costado, el entrenador apostó por no bajar la intensidad en los ataques y cambió golpe por golpe cada vez que pudo.
No muchos se animarían a tener juegos de tantas posesiones con un equipo que suele tener altos porcentajes en sus lanzamientos, pero Nurse confió en que sus jugadores lo podían hacer y no le fallaron.
Cualquier campeón necesita una pizca de suerte y Toronto ligó cuando necesitó ligar.

Ya había tenido fortuna en la final de Conferencia ante Milwakee, donde Leonard encestó un lanzamiento que ingresó después de coquetear varias veces con el aro para resolver la serie en séptimo y decisivo partido.

En la definición, su rival se vio herido por las lesiones. A la ausencia de Kevin Durant se sumó Klay Thompson, cuya actuación fue esencial para su equipo cada vez que estuvo en cancha. No pudo jugar el cuarto partido y en el sexto llevaba 30 puntos en 32 minutos hasta que pisó mal, sintió un dolor en la rodilla derecha y no volvió a ver acción.
Andre Iguodala y Dreymond Green tuvieron que tomar muchas más responsabilidades y, pese a hacer un buen trabajo, quedaron con sabor a poco.

Incluso, en la acción de cierre, Danny Green le dio una chance más a los Warriors, pero el intento de tres de Curry no quiso entrar y la balanza terminó de inclinarse.
Sin brillar, pagando el precio de tener un plantel joven, pero jugando como equipo, los Raptors supieron aprovechar las carencias y ausencias del rival.
Serge Ibaka, Fred Vanvleet, Marc Gasol, Pascal Siakam o Danny Green nunca serán superestrellas al nivel de Kawhi Leonard, pero demostraron la suficiente capacidad para conformar un plantel campeón.

Cuando alguien puede llevar a la práctica una declaración en favor de lo colectivo, el difícil que el resultado no sea positivo. ‘‘No me interesa ser el mejor jugador, yo quiero estar en el mejor equipo’’, había dicho Leonard tras superar a los Bucks.
El ‘‘jugador franquicia’’ reprodujo en la cancha lo que había deslizado con sus conceptos y así lideró al flamante campeón de la NBA en la 2018/2019.


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