Nebbia, Gianinni y Cabaza: vida y música de un trío poderoso

“Canto a la luna” es el segundo trabajo del grupo formado por los músicos regionales junto al hacedor del rock argentino. En un encuentro con “Río Negro” hablan sobre esta experiencia.

Su primer disco “El poderoso trío del Sur”, grabado entre el 18 y el 20 de setiembre 2014 en su paso por la región, fue presentado durante el febrero de 2015, partiendo desde Roca, donde el bajista Gustavo Gianinni y el baterista Julián Cabaza juegan de local. Ahora está a punto de salir “Canto de la luna”, nuevo trabajo discográfico del trío.

¿Quién es quién en este power trío sureño? De Litto Nebbia, se sabe casi todo: nació como Félix Francisco Nebbia Corbacho, (Rosario, 1948), escribió “La balsa” (67, en coautoría con Tanguito) e interpretada por su banda Los Gatos, desató el éxito masivo del rock en español en Argentina y es considerada la mejor canción roquera de nuestra historia, según la revista Rolling Stone y la cadena MTV. A fines de los 70, fundó el sello independiente Melopea. En 1985 recibió el Premio Konex de Platino Mejor Autor/Compositor de Rock.

Pasemos a los nuestros: Gustavo Giannini (20/11/78) es bajista nacido en Fiske Menuco, como prefiere decirlo él, y también supo juntarse con Lisandro Aristimuño y Chango Spasiuk. El baterista Julián Cabaza Fabiani (29) llegó a sus diez meses de vida a Lamarque, tras nacer en Comodoro Rivadavia. Reside hoy en Roca y es reciente papá de un varón.

La charla con “Río Negro” ocurrió antes de la presentación del terceto en Quilmes Oeste, degustando exquisiteces que amorosamente preparó la dueña de la casa donde les dieron recepción.

Comienza diciendo Litto: “El nuevo compacto con los chicos incluye tres canciones que yo escuchaba a los diez años por (el mejicano) Enrique Guzmán, que han quedado en mi recuerdo porque era un tipo que afinaba bien y cantaba con mucha dignidad y personalidad. No se hacía el (Elvis) Presley… Interpretaba como quisiéramos que hoy lo hagan muchos en nuestro país. Tenía sentimiento, toque, cuando cantaba un roquito como ‘Popotitos’ o ‘Rock de la cárcel’ y también al hacer temas melódicos como ‘Cien kilos de barro’, “Dame felicidad” que grabamos con el Trío”.

Y amplía: “La canción melódica actual, para el mercado, parece estar desprestigiada, lo afirma gente que no sabe escribir una melodía recordable. Claro que es imposible porque la mayor parte de las canciones existen y van a existir gracias a ella. Ya sea hecha por un instrumentista, un cantante, un tipo orquestando para una sinfónica. Sin una línea melódica, una célula que vaya corriendo, que vaya dibujando, podés armar una gran masa de acordes monótona y aburrida. En cambio, cuando te conduce la melodía, te atrapa, en cualquier género”.

P- Hoy se difunden líneas basadas puramente en el ritmo, como es el caso del reggaeton o el rap comerciales, donde la voz tararea letras sosas en una sola nota…

Litto Nebbia-Es otro extremo más cómodo, porque hay que cultivarse un poquito para no caer en eso. La melodía ahí no está. Es que no es una obligación, pero la profesión musical tiene estas posibilidades expresivas y mejor aprovecharlas. En la música popular podés estudiar composición, armonía, rítmica y después ir creando, en actitud solitaria acorde a la capacidad intelectual y la inspiración que tengas, y con la química que se te va dando con las personas que encuentres en el camino. El lenguaje musical es como lo que estamos comentando ahora, yo no hablo igual que ayer y no me encontré con vos, Gustavo (Gianinni) y Juli (Cabaza). Hay gente que no estudia eso, no le interesa, y se conforma con cantar ocho, diez temas durante todo un año. A lo mejor le gusta, le conviene económicamente o no le da la cabeza (risas). Hay de todo…

P- También, hay músicos capaces de juntarse con camadas posteriores… Es tu caso.

LN- Con mucho desarrollo, sí. Yo comencé a tocar por Río Negro y Neuquén, hasta que un día conocí a Gus y él me propuso ir a dos lugares, con base en General Roca. Ya sabía cómo tocaba Gustavo porque años antes, justamente en esa onda de atender a todo el mundo, que escucho… Me había mandado un demo de sus temas con el bajo, lo tengo todavía, claro. Le contesté, le di mi parecer, que esto que lo otro, y después me habló de unos libros sobre bajistas que quería conseguir, bueno, hubo un contacto fuerte.

Pasado el tiempo, él volvió a aparecer y me propuso ir. Al final, arreglamos que subía al escenario con unos amigos suyos y tocábamos un par de canciones. Ocurrió así un par de idas y vueltas de gira por la zona, hasta que un día le dije: si cada vez que vengo sacamos dos temas más y dos más y dos más, con otros cinco ya tenemos repertorio y le propuse grabar un disco y que el grupo se llamara Power Trío del Sur para juntarnos exclusivamente cuando fuera por allí. Grabamos el compacto, tocamos por todos lados y ahora se da que podemos mostrarlo por Buenos Aires y alrededores.

Cómo tocamos

LN- Para mí, en lo personal, el trío es algo muy piola porque si bien me gusta tocar con músicos distintos siempre, tiene esa característica manuable, esa cosa sobre la marcha, dúctil. En la base rítmica, si los tipos se llevan bien y los tres funcionamos, basta mirarnos, voy cambiando, pum, pum, y salen una cantidad de cuestiones muy interesantes para la música. Mientras que en las demás formaciones con las que también me gusta tocar, a veces se me hace pesado; al ser mayor la instrumentación, tengo que respetar el arreglo. No es que muevo la cabeza y cinco músicos van para otro lado. En cambio, acá se puede armar quilombo armónico, rítmico, y uno sigue tocando”.

Ayer (N. de la R.: se refiere al 19 de octubre pasado) terminamos de grabar lo que será nuestro segundo disco, que va a salir el 20 de noviembre, y se llama ‘Canto de la luna’, título de la canción que lo abre, que es nueva y es mía, para el Trío, entre tres o cuatro que compuse especialmente, pensando en cómo tocamos. A mí, eso me funciona. Las llevé por primera vez, las pasamos y parecía que no faltaba nada, que ya las habíamos tocado antes. Tiene que ver con la onda, con el espíritu, con el sonido que se da con ellos. A Gus y a Juli, les gusta, están contentos, yo también y grabamos este álbum que contiene además dos o tres canciones viejas mías…”

Gustavo Giannini- Siento que se da mucha química entre los tres. Con Julián la teníamos porque venimos tocando juntos hace tiempo y en diferentes proyectos. Litto nos muestra un tema, lo hacemos una vez y ya está. Sale y queda, no hay que corregirle nada y eso yo se lo atribuyo a la comunicación que nos une. Hay buena energía y se ensamblan bien las personalidades y la musicalidad de cada uno. Estando con Litto no se siente el peso que tiene por su enorme trayectoria, él no lo hace sentir. He tocado con otros músicos y por ahí, te marcan quién manda, te dicen que hagas como ellos quieren. Acá no, él nos da mucha libertad para tocar como sabemos, confía en nosotros como músicos. Los egos no nos preocupan porque no están presentes.

LN- Yo tampoco los siento. Si no, la música no tiene libertad. Es una cosa recíproca, para mí no existe otra historia.

GG- Que las cosas se estén dando de manera natural ya hace unos años y que vengamos de una racha de buenas fechas, hace medio difícil analizar lo aprendido, porque no hay un tiempo para parar y reflexionar. Como ejemplo, en estas últimas semanas, venimos de telonear a Djavan en el Gran Rex, luego recorrimos Salto, Ramos Mejía, Pringles y Viedma con Willie Crook, estuvimos con Richard Bona en Córdoba, seguimos con Litto en Quilmes, acompañando a Leo García en La Usina del Arte , otra vez con Nebbia en La Plata. En dos semanas, volvemos con Crook, con quien formamos el trío Puelches en 2012, a Ramos Mejía, Lomas de Zamora, Campana y Pergamino, después vamos con Litto al teatro Margarita Xirgu… Seguramente, en un par de años, podré mirar para atrás y ver más objetivamente lo aprendido y lo vivido.

Julián Cabaza- La buena relación pasa más por escuchar, por una cuestión de respeto. Todo el tiempo, todos los días hay cosas por aprender. A Litto lo veo como un artista real porque toca en todas partes, en bares chicos, en teatros grandes, constantemente. Es difícil encontrar alguien así. Entre los músicos más jóvenes hay mucha competitividad, quieren demostrar que tocan y por ahí no escuchan a sus compañeros. Le dan con todo para mostrarse ante alguien que ya vio todo.

Es muy loco ya que viviendo el día a día, en lo personal, me cuesta medir la experiencia musical ya que siempre siento que queda mucho por aprender. Esto que me está pasando en la música es un sueño, ya que desde los ocho años, viviendo en Lamarque y aún sin tocar un instrumento, sabía que quería ser músico y pasaba horas oyendo discos de mi viejo que tenía muchos de rock progresivo, nacionales como Ave Rock, Charly García, León Gieco, y luego algunos internacionales. Pensaba volar a Buenos Aires desde mi pueblo, hasta que me crucé con un ‘enviado’ que fue Giannini y vi que no hacía falta ir tan lejos para hacer lo que me gusta. Gracias a Gustavo empezó todo, después fue cruzarme con Litto, con Crook , El Soldado y demás. Creo que la experiencia, lo que más estoy notando, pasa por lo humano, por valorar, escuchar y respetar a los pares.

La portada del flamante disco.

Salir a tocar por Buenos Aires

El 20 de octubre, Litto Nebbia Power Sur Trío (LNPST) con Gustavo Giannini y Julián Cabaza estuvieron en el Club Tucumán de Quilmes Oeste; el 21, con Leo García que presentó “Música del corazón”, su nuevo compacto, acompañado por Nebbia e invitados especiales, en la Usina del Arte, La Boca; el 22, LNPST se volvieron a reunir en Live Club, pleno centro de La Plata; ayer, Litto tocó en Sala Zitarrosa sobre la 18 de Julio, en Montevideo; el jueves 10, el rosarino firmará discos y cantará algunas canciones en Piccolo & Saxo, al 3500 de Av. Santa Fe, dentro de la denominada Noche de las Disquerías porteñas, con entrada libre y gratuita. Luego, presentarán “Canto de la luna”.

“Para mí, el trío es algo muy piola porque tiene esa característica manuable, esa cosa sobre la marcha, dúctil”,

revela Litto Nebbia acerca de la formación de tres músicos.

“Siento que se da mucha química. Litto nos muestra un tema, lo hacemos una vez y ya está. Sale y queda, no hay que corregirle nada”,

cuenta Gustavo Gianinni sobre el funcionamiento del trío con Litto Nebbia.

Datos

“Para mí, el trío es algo muy piola porque tiene esa característica manuable, esa cosa sobre la marcha, dúctil”,
“Siento que se da mucha química. Litto nos muestra un tema, lo hacemos una vez y ya está. Sale y queda, no hay que corregirle nada”,

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios