“Necesitamos que se arbitren medidas tanto jurídicas como políticas” 

Ragnar Hagelin fue recibido por el presidente y hablaron de derechos humanos

Ragnar Hagelin tiene 67 años y ayer cumplió 23 buscando a su hija Dagmar, desaparecida durante la dictadura, cuando era una joven adolescente.

Ayer fue un día que tampoco olvidará porque después de dos décadas de lucha incansable, un presidente argentino lo recibió y pudieron hablar de los temas no aclarados sobre las violaciones a los derechos humanos en la Argentina de la década del ‘70.

Para él, esto revela un cambio de actitud y de rumbo en la política argentina sobre los derechos humanos.

En diálogo telefónico con “Río Negro”, Hagelin se mostró satisfecho del encuentro con Fernando De la Rúa y destacó que es el primero de los tres presidentes democráticos que lo recibió.

– ¿Qué le planteó a De la Rúa?

– He planteado el problema global y luego el particular de mi hija. La necesidad que tenemos los familiares de los desaparecidos, después de tantos años de no tener resultado alguno… Necesitamos que algún gobierno constitucional pueda arbitrar en medidas tanto políticas como jurídicas para ir avanzando en este difícil camino de la verdad y la justicia.

No puede haber reconciliación, como decía el presidente Menem, defendiendo a los victimarios y no ayudando a las víctimas. Esto es un axioma para mí.

¿Qué opina Ud. de la Comisión de la Verdad que plantea la secretaria de Derechos Humanos Diana Conti por la que los militares podrán declarar amparados en el anonimato?

– No conozco el proyecto pero no estoy de acuerdo porque nosotros hemos luchado por dos cosas: verdad y justicia. A mí no me interesa que me digan ‘a su hija la tiramos al mar el día x y por lo tanto no le podemos dar más información’. Yo necesitaría saber quién dio la orden de matarla, quién la ejecutó. Yo no puedo aceptar una cosa en secreto que no me dé satisfacción de saber la verdad, porque me pueden estar mintiendo.

– ¿En qué estado están las causas sobre la desaparición de su hija?

– Hay dos causas abiertas. La original fue cerrada en 1989 por la justicia argentina y lo ratificó dos veces la Corte Suprema. Fue cerrada en forma política y se aplicó la prescripción del caso. En ese momento nos sentimos asqueados con mi familia por tanta injusticia y decidimos luchar desde Suecia.

– ¿Y ahora?

– En el ‘96 cuando la Cámara Federal de la Capital reabrió el caso de las monjas francesas, Rodolfo Walsh y otros familiares de desaparecidos de la ESMA, nos presentamos y pedimos que se reabriera. Era al solo efecto de conocer el destino corrido por mi hija. Ya no podemos pedir que se condene a los responsables ni obligar a declarar si no quieren que los convoquemos.

– ¿Cómo ve la situación ahora?

– Yo no pienso que por un decreto de la mañana a la noche se pueda resolver el problema, es imposible pero… hay vías. Hay que dejar que los jueces actúen libremente.

– ¿Cómo ven el Suecia el proceso que inició el juez Garzón contra Pinochet?

– Se sigue apasionadamente.

Elida Bustos 


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