Neoyorquinos critican a los gritos a Giuliani por errores del 11-S

NUEVA YORK (DPA) – Indignación, horror, rabia. La declaración del ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani sobre los atentados contra las Torres Gemelas ante una comisión independiente reveló graves fallos internos y tomas de decisión erróneas durante los ataques del 11 de setiembre de 2001. «Mi hijo fue asesinado por su incompetencia», gritaba la madre de una de las víctimas del 11-S en la noche del miércoles.

Giuliani, quien en las horas más difíciles de Nueva York fue celebrado como un héroe e incluso nombrado «hombre del año» por la revista «Time», acababa de admitir «terribles errores». Pero se abstuvo de señalar a culpables. Para la opinión pública, Giuliani quiso volver a «pulir su corona».

Y eso que durante los dos días de interrogatorio ante una comisión independiente quedó claro que los equipos de rescate y de emergencia de esta ciudad de ocho millones de habitantes reaccionaron «con más valentía que coordinación» ante los atentados con aviones secuestrados.

Falta de planificación, mal equipamiento y la rivalidad entre policía y bomberos probablemente empeoraron la catástrofe, concluyen hoy los medios neoyorquinos después de analizar las declaraciones de más de cien testigos. Así, la policía advirtió desde helicópteros unos 15 minutos antes del derrumbe de la Torre Norte que el edificio estaba a punto de colapsarse. Su llamada nunca llegó a los equipos de rescate que se encontraban en el rascacielos: la policía de Nueva York y los bomberos tienen redes de comunicación separadas.

Ello provocó la situación absurda de que los bomberos carecieron de las vitales informaciones que eran transmitidas en el mismo momento por las televisiones a todo el mundo.

Entre los errores con fatales consecuencias que cometió la ciudad entonces regida por Giuliani se cuenta el hecho de que se carecía de un plan de rescate concreto. Falló el sistema de comunicación interno del edificio para los empleados de la Torre Norte. El sistema transpondedor de los equipos de radio de los bomberos no estaba correctamente conectado. El número de emergencias 911 dio a los desesperados empleados que llamaban desde las oficinas del World Trade Center «consejos estándar», que probablemente le costaron la vida a más de uno. Un miembro de la comisión investigadora, John Lehman, considera que los errores de la ciudad son «escandalosos» y la actuación de los servicios de emergencia más novata «que en los boy scouts». Queda dolorosamente claro que Nueva York estaría tan poco preparada ante futuros atentados como hace dos años y medio.


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