Neuquén es pura fiesta

Es sabido que la prensa prefiere las malas a las buenas noticias, supuestamente porque ése es el interés del lector. Es así como muchos de los trabajos de nuestros gobernantes, de beneficio para la población, no se publican y quedan en el olvido. Yo no puedo reparar tanta injusticia, pero por lo menos trataré de que los lectores sepan que algunos periodistas también, y siempre que podemos, tenemos en cuenta las buenas acciones de quienes, elegidos por la voluntad popular, nos representan.

Es ésa la razón por la cual me referiré en esta entrega de mi columna al acto que organizó la senadora nacional por Neuquén Nanci Parrilli. Me valgo a ese fin de la información que difundieron por internet las periodistas colaboradoras de la senadora, Maité Oliva y Vanesa Vivero.

El acto consistió en un homenaje a las Fiestas Neuquinas que, según el título de la información, «rescatan la producción y las tradiciones de sus pobladores» y fue convocado como un «Encuentro de Promoción de Fiestas Populares» relacionadas con el turismo y actividades productivas. Se trata, en otras palabras, de entusiasmar a quienes vienen a Neuquén por la nieve y los lagos, para que tengan en cuenta la posibilidad de, por ejemplo, darse una vuelta por El Cholar para asistir a la Fiesta del Ñaco.

Nanci presidió y entre muchas personalidades presentes se destacó la del diputado nacional Hugo Prieto, el único radical neuquino que permanece junto a Kirchner porque ha sabido comprender los valores del peronismo, como en 1945 lo hizo desde Corrientes Jazmín Hortensio Quijano.

«El país profundo como dice la presidenta -resaltó Nanci, al hablar en el acto, para hacer notar su identificación con el pensamiento presidencial- tiene cosas importantes para mostrar y dar a conocer, y por lo tanto merece ser reconocido, valorado y promocionado por todos los argentinos» (la crónica omite destacar que el párrafo fue rubricado por un cerrado aplauso, que con toda seguridad se produjo).

Luego dijo que las fiestas contribuyen «a recuperar el orgullo de ser neuquino», con lo cual quiso obviamente decir que ese orgullo se perdió en los últimos años, junto con una carrada de millones de pesos que, como van las cosas, difícilmente se puedan recuperar.

Las fiestas son diez. A la ya nombrada del Ñaco se suma en primer lugar la del Hombre Petrolero en Rincón de los Sauces. Uno, naturalmente, no puede dejar de pensar en Guillermo Pereyra, mucho más teniendo en cuenta que en el informe se habla del «sacrificio y el esfuerzo del hombre petrolero».

La Fiesta del Chivito, en Chos Malal, merece un párrafo aparte, para avisarle a ese noble animalito que la fiesta no es de él. Está dedicada al chivito, es verdad, pero el modo que pobladores y turistas tienen de celebrarla es comiendo chivos, lo que hace recomendable que cuando se acerca el día de la fiesta todo chivo que ande por las inmediaciones tome sus precauciones. Cualquier cristiano de buenos sentimientos, de los que abundan en el norte de la provincia, derrama ternura cuando ve a un chivito triscando entre los pedregales de la región. Pero experimenta un goce inenarrable cuando, luego de pasarlo por la parrilla, se lo come.

Otras fiestas que congregan multitudes son las del Choclo y la Humita, que congrega a las comunidades de El Sauce, Limay Centro y Villa Unión y se propone, claro, difundir el cultivo del maíz en la zona; la del Piñón en Caviahue-Copahue (respecto de la que el informe nos ilustra haciéndonos saber que el piñón fue «el principal alimento del pueblo mapuche») y una que revela el constante espíritu creador del pueblo neuquino, que es la del Pasto, en Las Lajas. Uno se pregunta por qué en Las Lajas, a lo que el informe contesta que allí «la producción de fardos de alfalfa como forraje es una de las principales actividades agropecuarias desarrolladas en la zona». A la senadora no se le escapó que convertir la mera alfalfa en un fardo, dándole valor agregado, es un acontecimiento para celebrar.

No cabe duda de que la fiesta entre las fiestas es la «Provincial y Regional del Pelón», no tanto por el pelón en sí mismo (una noble fruta a la que no queremos quitar mérito alguno), como porque esa fiesta se hace en San Patricio del Chañar, la ciudad que es -destacan Maité y Vanesa- «epicentro de la industria vitivinícola neuquina» y que bien podría haber sido rebautizada como San Patricio de Los Amigos, por razones que todo el mundo conoce. Esa fiesta es también «un merecido homenaje al trabajador rural, quien asume un rol preponderante en la actividad productiva de la zona» sin haber recibido ningún crédito del Iadep.

En el final del acto hubo «un reconocimiento al Polo Tecnológico de Cutral Co y Plaza Huincul», que cuenta con el apoyo del gobierno nacional y el respaldo del Senado. Nos sumamos, y le deseamos mejor suerte que la que tuvo el Polo Petroquímico, cuyo puntapié inicial quiso dar Raúl Alfonsín con su «ahora Fertineu» de 1984, a cuyos 25 años dedicamos un melancólico recuerdo.

JORGE GADANO

jagadano@yahoo.com.ar

JORGE GADANO


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