Neuquén quiere veredas «accesibles» para todos

Funcionarios se reunirán en febrero con el fin de planificar una ciudad "sin barreras" para que embarazadas, ancianos, niños y personas con dificultades motrices circulen libremente.

NEUQUÉN (AN).- Una ciudad sin barreras no sólo es para los discapacitados sino para toda la sociedad, y como resultado de este paradigma intendentes y funcionarios de la provincia de Neuquén se reunirán en febrero. Se proponen acceder a recursos de la comisión nacional asesora para la integración de personas discapacitadas (Conadis) con la intención de eliminar los obstáculos en la vía pública.

Pozos, desniveles y escalones en la vereda, construcciones que avanzan sobre las aceras, rampas con excesiva pendiente y edificios públicos sin rampas son unos pocos de los muchos ejemplos demostrativos de la falta de inclusión social.

El cónclave que se desarrollará a principios de 2008 tiene como antecedente un encuentro organizado en la ciudad de Neuquén por el defensor del Pueblo, Juan José Dutto, en noviembre pasado.

Participaron en esa jornada intendentes electos (ahora en funciones) y funcionarios de Aluminé, Añelo, Andacollo, Centenario, Cutral Co, Chos Malal, Copahue-Caviahue, Junín de los Andes, Las Lajas, Loncopué, Neuquén, Plaza Huincul, Piedra del Águila, Rincón de los Sauces, Traful, San Patricio del Chañar y Zapala.

También asistió en dicha oportunidad un representante de la cartera de Obras Públicas de la municipalidad de Cipolletti, Río Negro.

En esa oportunidad, el arquitecto Claudio Bernadelli (de Conadis) explicó los mecanismos de financiamiento que promueve la entidad nacional para mejorar la accesibilidad en las ciudades.

La entidad nacional otorga subsidios de hasta 1.800.000 pesos a los municipios que adhieren a la ley nacional de accesibilidad urbana y presentan un plan para un área de alta transitabilidad.

 

Resultados esperados

 

Un relevamiento efectuado en noviembre por el Colegio de Arquitectos confirmó lo que todos saben: ningún área de la capital garantiza la accesibilidad de las personas. Por mencionar, sólo en el centro, en la misma manzana del hospital regional, registró un kiosco interrumpiendo la línea de baldosas de orientación para ciegos, pozos, veredas rotas, montículos de restos de construcción obstruyendo rampas de discapacitados.

A una cuadra, documentó fotográficamente pendientes exageradas, escalones para salvar los desniveles y el uso de baldosas vistosas pero antirreglamentarias.

«Una ciudad sin barreras es aquella en la que una embarazada, un chiquito montado en un triciclo, una pareja empujando el cochecito de su bebé, ancianos y no sólo personas con discapacidad motriz, caminan veredas libres de obstáculos, sin temor a caerse o tener que transitar en la calle», ejemplificó el defensor del Pueblo.


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