Conocé las opciones de la gastronomía económica de los balnearios de Neuquén

Los vendedores del balneario Sandra Canale ofrecen precios aptos para bolsillos familiares y exigen las mismas condiciones de infraestructura que los food track del Paseo de la Costa.

La ribera del río Limay en Neuquén se postula como el mejor lugar para disfrutar una tarde a puro sol y río. Los balnearios son utilizados por las familias, para compartir tiempo de calidad con un escenario natural en compañía de algo rico para comer. Las ofertas gastronómicas son variadas tanto para el almuerzo, la merienda o si cae la noche, para improvisar una cena a orillas del río.

Los carritos de comida y el reciente impulso de food track llegaron para quedarse, ofreciendo sus delicias para deleitar paladares hambrientos. En el Paseo de la Costa se encuentran variados puestos que venden desde sandwiches, pizzas, cerveza y tragos de todo tipo. Su estructura circular en conjunto, con mesas y sillas en el centro, invita a pasar la tarde.

En cambio, en el balneario Gatica los food track están más desperdigados y carecen de energía eléctrica. El Sandra Canale, tal su nombre oficial, siempre tuvo un ambiente más familiar, dónde se ve a niños corriendo y jugando en el agua junto a rondas de gente en torno al mate y algo para comer.

“Los precios los mantenemos para el trabajador. Los pensamos en base a la familia, yo tengo una mentalidad de trabajo, por eso pienso a cuánto se le va el costo para una familia tipo” indicó Jorge González, quien junto a Ariel Trenco es uno de los dueños de un carrito que ofrece panchos.

Justamente, las promociones de panchos con gaseosa, panchos y conos de papas fritas son las elegidas por las familias numerosas, según relataron, con el motivo de abaratar los gastos y que un día de recreación no agote el presupuesto familiar.

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El carrito de panchos lo trabajan tres personas de una forma cooperativista, de manera que un día con mucha o poca venta no recaiga en la persona que trabajó justo ese día. “Hay días buenos y días malos. Nosotros juntamos todo lo que se gana y después se reparte en tres, así ganamos todo lo mismo” explicó Ariel.

La orilla del río cada día es más utilizada por la gente y por largos lapsos de tiempo, incluso en los días nublados y fríos es utilizado para el deporte. Ya es rutina ver a corredores, patinadores y hasta nadadores desafiando las bajas temperaturas. Por eso, la inversión y embellecimiento para el balneario más familiar sigue siendo una cuenta pendiente, afirmaron los vendedores. “Nosotros pedimos la energía eléctrica para poder darles un mejor servicio a nuestros clientes” concluyó Jorge.

Algunas de las opciones de los carritos en el río son los churros Sombrero Blanco que ofrece tres unidades a $40, media docena a $80, ocho a $100 y la docena a $150. Las opciones son rellenos de crema pastelera, frutos del bosque, dulce de leche o bañado en chocolate blanco. También tienen el agua para el mate a $20.

El carrito de panchos ofrece los precios cuidados de uno simple a $45, superpancho a $70 y tripancho a $90. Este último, más una gaseosa, tiene un costo de $140. El cono de papas fritas se vende a $70 y la bandeja a un precio de $100.


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