Desde Confluencia y con el folclore en la sangre

Jorgelina Sotelo es una trovadora con una gran tradición de folclore y tangos. Actualmente se encuentra incursionando en ritmos latinoamericanos. Sus letras tienen una fuerte impronta social.

Jorgelina Sotelo empezó a cantar casi en simultáneo que cuando aprendía sus primeras palabras. Sus primeras canciones eran folclore clásico, tangos y demás géneros argentinos. Esa pasión por la interpretación de melodías se mantuvo al punto de que se recibió de profesora de Danzas Nativas en la Escuela Superior de Bellas Artes.

Ella fue parte –sin darse cuenta– del comienzo del encuentro de trovadores que se realiza en el norte neuquino.

Los trovadores son aquellos cantores que cuentan la historia de su pueblo, lo que le pasa a su gente, los que escriben sus propias canciones.

Este encuentro de cantores comenzó en Plottier, pero hace unos años se realiza en Andacollo, en un predio cercano al río, con feriantes y naturaleza pura como escenario.

Además de participar de este evento en el que se interpretan ritmos folclóricos e identificarse con ellos, ahora Jorgelina está incursionando en música latinoamericana como el bossa, candombe y joropo.

Sus composiciones están marcadas por un fuerte componente social, influenciadas por los procesos que atraviesa y también por las situaciones que ve.

Expresa que si bien es lindo cantarle a la belleza de la vida, hay que tener responsabilidad social.

Las temáticas que toca están relacionadas con la violencia hacia las mujeres y a la defensa de los Derechos Humanos.

“Pancarta”, por ejemplo, es una canción que habla sobre los femicidios, sobre la desigualdad a la que las mujeres están sometidas y la estructura social que lo naturaliza. Este tema fue estrenado en la vigilia artística que se realizó el 24 de marzo para conmemorar un nuevo aniversario del golpe cívico-militar de 1976.

La canción “El Rebete” la escribió en un momento sensible. Habla sobre las políticas neoliberales que ponen al pueblo en jaque, que le sacan la dignidad y aunque se reflejan en números y porcentajes, detrás de esas estadísticas son las personas las que sufren.

“Cada uno vive la realidad desde el lado que le toca. Siempre que puedo ir a cantar con compañeros lo hago, si hay una movilización y me invitan, canto. Nuestro modo de pelear es en la calle y con la gente, desde el escenario siempre va a haber gente que te escucha y la que no, pero tiene que ver con tomar riesgos, motorizar cambios”, dijo la trovadora.

Otro proyecto de canto que tiene Jorgelina es el dúo Forma-Sotelo, que comparte con Miriam Forma.

En él interpretan tangos clásicos, folclore y demás ritmos argentinos.

Cuentan que fue un desafío buscar un estilo para el dúo y que no suene ni a Sotelo ni a Forma, sino que tenga una esencia propia, un sabor a dúo.

Pero que después de 4 años ya encontraron ese ritmo propio que posee una mixtura de las dos artistas.

JUan Thomes

Datos

“La mayoría de lo que hago son con ritmos folclóricos, aquellos con los que se puede bailar, como soy profesora de danzas me sale automático”,
contó Jorgelina Sotelo sobre su arte.

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