Destacan la importancia de un veterinario en el matadero de la meseta

El jefe de Salud Ambiental de la provincia dijo que el control que ejercen estos profesionales es indispensable para la salud de los animales y de la población. La triquinosis es uno de los riesgos.

El proceso principal que se llevan adelante en un matadero no es simplemente de depósito de animales y de almacenamiento de carne. Lo primordial es mantener la carne “de manera higiénica mediante la manipulación humana de los animales, en lo que respecta al empleo de técnicas higiénicas para el sacrificio de los animales”, según indica un informe de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

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Sin embargo el médico epidemiólogo y jefe del Departamento de Salud Ambiental de la provincia, Gustavo Sangüesa dijo que además de las cuestiones de limpieza de un matadero, “el control veterinario es el más importante de todos, siempre tiene que haber un profesional que realice controles desde el punto de vista de la salud del animal y también de la prevención de las personas”.

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Acorde a lo dicho por el profesional, el principal riesgo que tiene la carne de cerdo es la triquinosis, “es una parasitosis que el animal lo tiene en el músculo y nosotros injerimos las larvas, y toda la carne de cerdo que se coma de faena domiciliaria o en un matadero debería tener los controles, los estudios que certifican que ese animal está sano”. Este parásito puede causar fiebre alta, dolores musculares, vómitos y diarreas.

Según el servicio nacional de sanidad y calidad agroalimentaria (Senasa) los animales portadores de este parásito, no muestran signos clínicos “ni su carne muestra cambios en su aspecto, color, olor o sabor, por lo que la triquinosis no puede evidenciarse a simple vista”.

Sangüesa remarcó que lo primero que se tiene que saber “es la procedencia, las condiciones higiénicas en las cuales se crían esos animales, y exigir que no tengan triquinosis que sería el mayor riesgo de la faena domiciliaria”.

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Con respecto al cierre del matadero de la Colonia Nueva Esperanza, el epidemiólogo expresó que “si se van deteriorando los controles y deja de funcionar un matadero, desde el punto de vista sanitario, es un claro retroceso”.

Y cerró “yo interpreto que una de las razones de la clausura es porque las condiciones sanitarias no fueron las adecuadas, pero esto no debería generar un cierre de un espacio tan importante, debería generar un mejoramiento de las condiciones. Es muy importante este lugar, porque genera condiciones de salubridad, y da tranquilidad a las personas que consumen estas carnes”.

Ninguna etapa del procesamiento puede tomarse a la ligera, desde la inspección en vida de los animales, hasta el manejo apropiado de los desechos, es clave para eliminar todo peligro de que carne infestada pueda llegar a contaminar el medio ambiente de trabajo, o el consumidor final.


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