El centro de salud del barrio, postal en decadencia

Los centros de atención de Mariano Moreno y Sapere quedaron chicos para contener una demanda de pacientes en crecimiento. Reclaman obras de infraestructura desde hace dos décadas. Este año tampoco fueron incluidas en el presupuesto provincial.

La crisis de la salud no es exclusiva de los hospitales, la falta de profesionales y edificios acordes aterriza también en los barrios de la Capital. Dos ejemplos son los centros de salud de Sapere y Mariano Moreno, instituciones gemelas que están separadas únicamente por las vías del tren. Ambas salas fueron creadas hace más de 40 años y las unen los mismos reclamos de dos décadas.

“La verdad es que nos tienen muy olvidados en el este de la ciudad”, dijo Rodolfo Campos, quien dirige el centro de Sapere. Se quejó porque en febrero le informaron que la ansiada ampliación de la sala, donde trabaja con otros 15 profesionales, no se concretará.

Según Campos sus antecesores en el cargo ya habían solicitado al ministerio de Salud la modificación del edificio. Sobre su escritorio tiene una pila de papeles: son planos de obra y solicitudes firmadas, algunas de ellas fechadas en el año 2005. Exhibió los documentos y aclaró que “sabemos que la salud está en un momento delicado, pero no queremos prendernos en ese reclamo sencillo, solo queremos que nos den lo que corresponde”.

“Se habían comprometido a comenzar estas obras en el transcurso del 2018, pero ahora nos enteramos que no están incluidas en el presupuesto. Entonces ¿qué?, tenemos que esperar un año más”, planteó.

Según el presidente de la comisión vecinal, Marcelino Lucuman, el centro de salud fue inaugurado hace 45 años y hasta la fecha nunca se modificó. Fue pensado para una incipiente población que por aquel entonces era de unos 500 vecinos, en ese momento el barrio estaba alejado del centro de la ciudad, pero Neuquén creció y hoy atienden una población de 7.000 personas, en su mayoría adultos mayores.

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La falta de médicos no es un tema secundario, ya que la planta se redujo, entre licencias y movimientos en el ministerio de Salud, de cuatro generalistas a uno.

En el barrio Mariano Moreno el panorama es similar, Susana Rosas, la jefa de la institución detalló que la falta de médicos generalistas es uno de los problemas más graves y además funcionan en un viejo edificio, en realidad es una casa muy antigua.

Los pasillos son imposibles de transitar para las camillas o las sillas de ruedas, el personal se choca para ir de un sector a otro, el baño para los usuarios es de un metro por un metro y la sala de espera es diminuta para una población de 3.000 personas, aseguran.

Rosas comentó que “reclamamos urgente que se concrete la ampliación solicitada hace más de 10 años”.

Añadió que hemos “presentado notas al gobernador (Omar Gutiérrez), al intendente (Horacio Quiroga), ministerio de Salud, la comisión vecinal y al jefe de zona con los planos. Hoy creería que solo nos aprobaron dos consultorios para psicosocial y el baño de pacientes, que no es una solución”.

En Sapere los profesionales fueron notificados que la ampliación de la sala no se hará este año.

mauro pérez

“El edificio se construyó hace 45 años y nunca se modificó. Pero entonces atendía a 500 vecinos y hoy son 7.000”.

Marcelino Lucumán, presidente de la comisión vecinal del barrio Sapere.

Las medidas

de seguridad

e higiene

están ausentes

El centro de salud “está maquillado”, dice Rodolfo Campos y explica que si bien el establecimiento que se ubica en Carmen de Patagones al 400 está recién pintado y cuenta con aire acondicionado, son pequeños trabajos que han realizado con financiamiento del gobierno nacional. El lugar cuenta con un solo baño para los 16 profesionales que hoy se desempeñan allí.

Los consultorios muy pequeños y la sala de espera reducida representan un riesgo para los usuarios: “todo el mundo debe esperar en el mismo lugar. Necesitamos un sector estéril, para gente sana, por ejemplo si viene una madre con un bebé sano tiene que esperar en un sector donde hay otra persona enferma”.

“Hay medidas de seguridad e higiene que no se cumplen. En el consultorio odontológico, donde el horno de esterilización de los instrumentos está al lado de la silla. Los pacientes se exponen a eso, el horno levanta más de 160 grados”, puntualizó.

En Mariano Moreno la situación es aun más crítica, porque el edificio cuenta con poca ventilación entre sus consultorios y la solución que han encontrado es colocando aires acondicionados, pero se ven limitados porque las instalaciones eléctricas son antiguas y deficientes.

Datos

“El edificio se construyó hace 45 años y nunca se modificó. Pero entonces atendía a 500 vecinos y hoy son 7.000”.

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