Segundo intento para la obligatoriedad de la RTO

El Municipio firmó un convenio con la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Se exigirá la oblea a los vehículos particulares. Los talleres deberán informar a Nación sobre todos los certificados que emitan. En el 2014 fracasó un acuerdo con una cámara de Córdoba.

En un segundo intento por controlar talleres, emisión de obleas y aplicar sanciones a quien circule sin la revisión técnica obligatoria, el intendente Horacio Quiroga firmó un convenio con la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

A partir de ahora el municipio podrá dictar la obligatoriedad de que todos los autos particulares tengan su credencial de revisión, exigirla en los controles de tránsito, proponer lugar de instalación de los talleres, controlarlos, incorporar un registro de talleres autorizados y exigir que unificaciones de las obleas entregadas. Será el encargado además de “aprobar y aplicar sanciones para garantizar el adecuado funcionamiento de los talleres de revisión técnica que se habiliten”.

En 2014 Quiroga intentó instalar la obligatoriedad de la RTO en la capital pero no le fue bien. Si bien está dispuesto por la ley nacional de tránsito, a la que adhirió la ciudad, la polémica se desató cuando mediante un convenio le otorgaba plenas facultades para administrar el sistema, controlar talleres, emitir obleas y coordinar controles de tránsito a la Cámara Argentina de Talleres de Revisión Técnica, con asiento en Villa María, Córdoba.

Este año el acuerdo fue con la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Además de cumplir la ley, esto viene atado a la licencia nacional de conducir a la que adhirió Neuquén.

A través del convenio la municipalidad será la encargada de controlar que todos los vehículos particulares y los del parque municipal tengan la revisión técnica obligatoria. También deberá “proponer y sugerir los sitios, jurisdicciones municipales y ámbitos regionales donde resulta conveniente y estratégico la implementación de los talleres”, dice el texto del convenio.

También tendrá a su cargo la registración de los talleres que habilite para prestar el servicio en el Registro Nacional de Talleres de Revisión Técnica Obligatoria.

Otra de las cuestiones es que todos los talleres habilitados deberán entregar un único y similar certificado de Revisión Técnica y una única etiqueta autoadhesiva reflectiva, homologada por la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

“El presente convenio mantendrá su vigencia por el plazo de cinco años renovable automáticamente, hasta tanto algunas de las partes manifieste su voluntad de no renovarlo, debiendo notificar fehacientemente con un plazo de menor a 60 días previa al vencimiento del plazo”, dice el acuerdo, ratificado por el decreto 1063.

Los pioneros

Talleres controlados para un mejor servicio

El nuevo sistema impone algunas nuevas reglas para los talleres de revisión técnica que se habiliten en la capital neuquina.

Deberán obtener la Constancia Nacional de Inscripción, documento que deberá ser presentado ante la Agencia Nacional de Seguridad Vial. En la misma deberán incorporar los certificados que entreguen en la ciudad para ser incorporados a la base de datos nacional.

Deberán permitir que periódicamente se les realicen auditorias dispuestas por la ANSV con el objeto de comprobar que estén equipados con instrumentos que permitan realizar las revisiones técnicas. Esto será independiente de los controles del municipio.

El mal recuerdo de la Cataret

A principios de 2014 el municipio firmó un convenio con la Cámara Argentina de Talleres de Revisión Técnica, Cataret, mediante el cual le entregaba en exclusividad las facultades de implementar el servicio de revisión técnica de vehículos en la ciudad, realizar los operativos de control, ejecutar auditorias, proponer las empresas que se harán cargo de las verificaciones y diseñar y distribuir las obleas obligatorias. Además contaba con atribuciones para decidir qué talleres neuquinos se incorporaban a la cámara, condición indispensable para quedar habilitados.

La polémica estalló en el Concejo Deliberante. Los concejales del ARI y MPN tildaron de “monopólico” el acuerdo y presentaron un proyecto para rescindir el contrato con la Cataret que fue aprobado por mayoría.

El intendente Horacio Quiroga vetó la norma. Una nueva ordenanza que declaraba el convenio de “utilidad pública”.

En medio de la discusión, se supo que la Cataret pertenecía a un cordobés y que parte de su familia era miembro del directorio. Además instaló un taller de revisión técnica en el barrio Confluencia y de su puño y letra firmaba los certificados.

Finalmente, la Cataret resolvió aceptar la rescisión del contrato, “con fundamento en situaciones relacionadas con el clima preelectoral que llevaron a obstaculizar un normal cumplimiento de los pautado”.

Datos

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son los talleres que funcionan en la ciudad capital. Realizan la verificación y entregan certificados y obleas.

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