Ninjas al ataque
Cipolletti, helado pero feliz en la pretemporada de Las Grutas.
LAS GRUTAS (Sebastián Busader, enviado especial).- Es un trabajo en espacio reducido pero Matías Urbano, con gorro de lana y muecas de fastidio, insulta, mira al cielo, arruga el entrecejo. No son demasiados los días que lleva entrenando en Cipolletti pero todos sus compañeros lo conocen. Incluso Domingo Perilli, que con una media sonrisa aclara: “A este pibe no le gusta perder ni en los picaditos”. La pretemporada de Cipolletti es una deliciosa tortura. El frío aprieta tanto que los músculos sólo encuentran sosiego cuando entran en movimiento. Los jugadores que dirige Perilli son un plantel de ninjas sin rostro dispuesto a la aventura. Tapados, a algunos apenas se le ven los ojos mientras los termómetros marca temperatura bajo cero. Mingo está feliz. Siempre bajo su mando se realizaron buenas pretemporadas, pero la actual tiene un plus: el recurso humano. “Hay 28 jugadores y cinco profesionales que forman el cuerpo técnico. Es decir, existen menos chances de que se nos escapen los detalles”, dice el director técnico, que está acompañado en la fría costa rionegrina por el ayudante de campo Lorenzo Frutos, los profes Rodrigo Muñoz y Ubaldo Tribunsky, y Mauro Santander, el especialista en mediciones y transferencias. Cada paso está planificado y tiene una explicación inmediata. Son las 8:30 del día 2 y los 28 jugadores se dividen en ocho estaciones para levantar pesas, saltar vallas, mantener el equilibrio en una pequeña cama elástica y escuchar el vozarrón de los profes que anuncian que tal ejercicio sirve para fortalecer los hombros y, así, conseguir “bancar un adversario” de espaldas, que es necesaria la intensidad absoluta, la concentración total. Hay simbiosis en el plantel. “Podría decirte que es la primera vez que en un plantel me aceptan tan rápido y con tan buena predisposición. Vine a Cipolletti porque sé que es un grande de la categoría y tiene aspiraciones. Es un lindo reto, y te mentiría si te digo que no sueño con el ascenso”. Manuel Madrid tiene la verba de un diplomático, es fino en el pase y al parecer hará dupla de marcadores centrales con Ezequiel Lamolla, con quien jugaron, en muy buena forma, en Huracán de Tres Arroyos en la temporada 2009/2010. Justamente los dejó afuera el Cipolletti de Mingo Perilli, que luego claudicaría en semis ante Patronato. “Yo salía a romper y él (Madrid) era el pensante, el que hacía mejor las cosas tácticamente”. Lamolla, un rústico con sonrisa constante, jura que jamás hizo una pretemporada con “tanto frío”. También confiesa que se inclinó por llegar al Albinegro porque hoy es “un club ordenado, que sabe lo que quiere, con trabajo planificado y aspiraciones de ascenso”. A los dos también los sedujo la presencia de Urbano. El Pescadito es uno más a la hora de trabajar, pero sus compañeros saben que todas las miradas lo siguen. Es el dueño de las presiones. Matías ríe, hace chistes, cuenta que realiza un curso de fotografía y se mete en el trabajo diario con un “compromiso sorprendente”, aclaran en el cuerpo técnico. Su compinche es Germán Alecha, con quien seguramente hará dupla de ataque. Comparten cabaña (paran en el predio de los Camioneros), los trabajos en duplas y son los depositarios de buena parte de las ilusiones. 10:30 de la mañana, segundo turno de la jornada, dos bloques, movimientos en espacios reducidos y labores físico-técnicas. Urbano la pide, se mueve, no le llega, se fastidia, pide perdón, sonríe… Los cuerpos se mueven con ferocidad mientras los conceptos vuelan y las ordenes más escuchadas son “rápida conducción”, “hacer buenos perfiles”, “atacar la pelota” y “realizar diagonales”. Por la tarde, siempre en el estadio Municipal de San Antonio Oeste, es tiempo de coberturas defensivas y comenzar a pensar en una presión alta para el sector ofensivo. “Creo que éste será un equipo más agresivo que los anteriores”, augura el Tortugón. Ahí, sin confirmaciones ni mucho menos, comienza a salir el posible equipo titular. Trabajaron en el bloque defensivo Damián Jara, Madrid, Lamolla y Nicolás Alegría (la primera fecha no estará por suspensión), mientras que de mitad de cancha en adelante la sensación es que se pararán en el medio Negri, Berra, Chironi y Vergara, y algunos metros más adelante Urbano y Alecha. Mingo sonríe y no dice nada. Sí confiesa que es muy difícil que su sistema se mueva del clásico 4-4-2, aunque en alguna oportunidad mutará a un 4-2-3-1. Las piernas están exhaustas y la jornada termina. Los ninjas, los encapuchados de botines, se pierden en el micro. Faltan aún nueve días de una pretemporada en la que comenzará a gestarse el sueño albinegro.
Carlos Ferreyra, enviado especial
“Tapados hasta los dientes”. Así jugaron el picado los muchachos albinegros en el Municipal de San Antonio Oeste.
argentino A
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