No docentes, a disposición

Viejo recurso político es la incorporación de los porteros al Estado. César Barbeito focalizó ese manejo y lo perfeccionó. El titular de UPCN, Juan Carlos Scalesi detectó esa intención. El año pasado, el ministro alentó a sectores no docentes para que conformen listas contra el líder upeceísta. El gremialista se repitió en quejas ante el gobernador Miguel Saiz, incluso le presentó un proyecto para que los porteros dejaran de pertenecer a Educación y pasaran a Obras Públicas. Esa pretensión nunca prosperó. Esa lucha con Barbeito alentó a que Scalesi aparezca alineado al vicegobernador Bautista Mendioroz. Un juicio más político que funcional priorizó cada decisión de incorporar “no docentes”. Para eso, hay que repasar su distribución. Algunos casos son paradigmáticos. Sierra Grande supera el centenar con una oficina del ministerio en la localidad y una decena de escuelas (incluidas las rurales). Cervantes registra 21 porteros, con seis escuelas en tres edificios; y Conesa totaliza 83 cargos, con otra oficina y 15 establecimientos. El Bolsón suma 236 no docentes, con una subdelegación Sur y unas 22 escuelas. En Valcheta figuran 79 porteros, con cinco establecimientos más tres residencias. Las exigencias de fidelidad tienen sus recompensas desde Educación. Ese lazo institucional y político se consolidó con tratos personales y mejoras laborales. Esta motivación permitió una gran movilización de porteros a mediados de febrero a Bariloche, bajo la excusa de una “jornada de capacitación”. Al cierre asistieron Barbeito y Saiz y la verdadera motivación se reveló cuando todos participaron de un acto de campaña. Para esa actividad habían partido desde Roca dos micros repletos de estatales. La mezcla de objetivos electorales y estatales quedó a la vista con el punto de encuentro. Los porteros fueron citados para abordar los ómnibus en la puerta de la delegación de Educación.