No es de «Power» el cadáver hallado en un islote del río Manso

BARILOCHE.- Las pericias médicas y el estudio de las pertenencias del cadáver hallado en un islote del río Manso hicieron que se descartara de manera definitiva la hipótesis que vinculaba el hallazgo con la desaparición de Alejandro «Power» Pzsemiarower. Tanto los investigadores como avezados montañistas de la ciudad opinan que se trata del cuerpo de un acampante procedente de Buenos Aires o Mar del Plata que pudo haber muerto de causa natural.

El pasado sábado un poblador localizó en un islote del Manso medio una carpa instalada, sin señales de vida a su alrededor. El hombre informó al guardaparques del lago Steffen, Oscar Jensen, quien comprobó que en su interior había un hombre sin vida, en descomposición y con el rostro y las manos casi momificados. La víctima no tenía documentos y calcularon su edad entre 30 y 40 años.

Disipadas las sospechas que lo vinculaban con «Power», ahora se presume que se trata de un acampante que procede de Buenos Aires. En su billetera había sólo 30 pesos y en su mochila los elementos indispensables para cualquier caminante. Utilizaba anteojos de miope y tenía una caligrafía prolija con la que copió en una servilleta la carta de un restaurante. En un calendario de «Vía Bariloche» sellado en Mar del Plata fue tachando con una cruz desde el 4 hasta el 30 de abril, día por día. Se sospecha que llegó durante el verano porque en su equipaje no había ropa de abrigo.

Un experto del Club Andino descartó que pudiera haber muerto de frío, pero tampoco encontró lógica la muerte natural de un hombre joven y entrenado en largas caminatas. Sugirió la posibilidad de muerte «por una herida o accidente que al entrar el cuerpo en descomposición no pudieron detectar», o la picadura de una avispa «chaqueta amarilla» en la cavidad bucal. «Esas avispas pueden picar en la boca, o la garganta, y al alérgico le producen una inflamación que les puede cortar la respiración», explicó. Establecer la identidad del cadáver es el trabajo que le resta a los forenses. Para eso deberán recuperar los tejidos y tomar sus impresiones digitales.