No habría que hacerle muchos retoques
Aimar de enganche y Verón más cerca de Ortega, le dan más fluidez al ataque
LIMA (DyN, Enviado especial).- La imperturbable conducta de Marcelo Bielsa, muy ligada a su reticencia por realizar modificaciones en el equipo titular de manera frecuente, está estrictamente relacionada con la estabilidad y regularidad que ha desarrollado el seleccionado argentino en lo que va de su participación en la Eliminatoria.
Disputadas ocho fechas, está bien en claro que el entrenador sólo se decidió a realizar un «cambio» importante de nombres y posiciones en el andamiaje del mediocampo con la inclusión de Pablo Aimar como enganche, desplazando de esa manera a la «Brujita» Verón que lo había hecho hasta ahí con actuaciones de gran nivel, y otras no tanto por cierto.
La notoria ausencia de un «conductor» finalmente convenció a Bielsa de la necesidad de probar con el juvenil «millonario». Es que Verón nunca sintió esa función. Ese cambio también le dio otra posición al «Burrito» Ortega que, tirado más de punta por la derecha y teniendo un diálogo futbolístico más fluído con Verón y el propio Aimar, comenzó a gravitar mucho más en la parte ofensiva del equipo.
Después, es muy poco lo que Bielsa hizo y haría en materia de cambios. En el arco, más allá de Bonano y el «Mono» Burgos, quedaría una remota posibilidad para Pablo Caballero, porque «Lechuga» Roa prácticamente está fuera de la elección, aunque si su nivel en el Mallorca es aceptable, seguramente tendría una chance.
En tanto, mientras estén en buen nivel, los tres del fondo prácticamente son insustituíbles porque Sensini, Ayala y Samuel son los predilectos de Bielsa, más allá de que por el veterano futbolista de la Lazio también podría ingresar Mauricio Pochettino.
En el medio es donde podrían existir diferentes variantes. Sin embargo, lo más llamativo es que el entrenador no le dé aún una chance al «Muñeco» Gallardo, al menos en los momentos en que el equipo necesita de alguien que tenga con criterio más tiempo la pelota, como ante Perú cuando se venía en busca del empate.
Seguramente surgirá el gran interrogante de quién jugará por la derecha una vez que esté recuperado Javier Zanetti, uno de los preferidos de Bielsa, ya que ahora el que transita por ese carril es Verón.
Arriba, la cuestión está muy clara. Mientras estén en condiciones físicas de jugar el «Piojo» López y Batistuta, esos serán los dos puntas, y de lo contrario el súper cotizado Hernán Crespo será el centroatacante.
Con la clasificación prácticamente en el bolsillo, no es de esperar que Bielsa realice muchos cambios si al fin y al cabo manteniendo la misma estructura y la actitud, ya están con un pie en el próximo Mundial.
Los números señalan una marca irreprochable
LIMA (DyN, Enviado especial).- Tras la gratificante victoria conseguida en Lima, el seleccionado argentino consolidó el rotundo liderazgo ejercido a lo largo de las ocho fechas que se llevan disputadas de la Eliminatoria y acrecentó considerablemente sus chances de obtener una plaza para el Mundial 2002.
Los fríos números le dan un insoslayable rédito al equipo nacional. En ese aspecto no caben las discusiones, ni tampoco las odiosas comparaciones.
El exitoso derrotero del equipo argentino -hasta el momento obtuvo seis victorias, un empate y una caída con 18 goles a favor y 7 en contra-, comenzó con la goleada inaugural, en el «Monumental» ante Chile por 4 a 1. Sin dudas, ante los trasandinos, fue la actuación más contundente del equipo de Bielsa y en ella tuvo una superlativa performance Batistuta.
Después vino la segunda goleada, ante la inferior Venezuela por 4-0 de visitante, para dar paso a un angustiante 1-0, de local, frente a otro de los «humildes» de esta eliminatoria, la empobrecida Bolivia.
En la cuarta jornada, el seleccionado tuvo uno de sus mayores picos, al menos en lo que concierne al rendimiento colectivo y que tanto pregona su técnico Bielsa, al «florearse» en Bogotá frente a Colombia llevándose un contundente 3-1 y el reconocimiento unánime de los hinchas «cafeteros».
Por la quinta fecha, fue otro triunfo de local por 2-0 ante Ecuador desarrollando un trabajo con altibajos, y acaso anunciando una previsible baja en su rendimiento que se vería en todo su esplendor cuando en la sexta fecha cayó sin atenuantes por un lapidario 1-3 ante Brasil dejando al descubierto muchas dudas, sobre todo en su actitud.
Por la séptima, Paraguay le desnudó gran parte de las falencias defensivas que anteriormente eran «tapadas» por la potencia ofensiva que generó el equipo y el resultado final terminó siendo un generoso 1-1 para Argentina.
Finalmente, la merecida y gratificante victoria obtenida ante Perú le volvió la sonrisa y la seguridad de saberse idóneo y apto para imponer su personalidad de equipo grande, con mayores aspiraciones.
Todo Perú está en contra de Maturana
La prensa deportiva peruana mostró ayer su profundo malestar con el técnico de su selección, el colombiano Francisco «Pacho» Maturana, por la derrota 2-1 que sufrió ante Argentina.
«Que el «Pacho» se despida», exigió en su tapa la revista deportiva «El Gráfico» de Perú. Y en el centro de la misma, en una aclaración de muy mal gusto, en letras grandes puso «Q.E.P.D.» (Que en paz descanse).
En la página número tres de la publicación se reproduce una carta de renuncia en nombre del técnico, que al pie de la misma y debajo de una linea punteada pide: «Fírmela, señor Maturana».
«Mataron la ilusión», tituló en grandes letras y en la portada de su suplemento deportivo el diario «El Líbero», de Lima, y agrega debajo: «Maturana y Lander Aleman (secretario técnico de la selección) nos sacaron del mundial».
«Sayonara» dice, con doble intención, también en la portada de su sección deportes el diario local «El Bocón». Y en el pie amplía sin delicadezas: «Para que lo entiendas, «Pacho»».
«Adiós Mundial Japón y Corea 2002», tituló en su tapa el diario «La República», y en su sección deportiva el diario resumió en dos frases el sentimiento de todos: «Chau Mundial, chau Maturana».
En su suplemento deportivo el diario «Comercio» tituló: «Despachados», y en sus páginas interiores refleja la furia de los hinchas contra el entrenador. (Télam).
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