“No hay atajos en economía, Argentina tiene por delante una maratón”

Entrevista con Rodrigo Álvarez (economista)

La renegociación de la deuda, ocupa más que nunca el centro de la agenda económica nacional. En el mientras tanto, los resultados demoran en llegar. Para analizar el escenario, PULSO dialogó con el economista Rodrigo Álvarez.

PREGUNTA: ¿Cómo evalúa los primeros 60 días de Alberto Fernández en materia económica?
RESPUESTA: Es muy prematuro para hacer una evaluación de la gestión del Gobierno porque hay cuestiones clave que penden del resultado de la negociación de la deuda. Por ejemplo, la política fiscal y monetaria y la lógica de fondo sobre cómo se baja la inflación. Sobre estos temas no hay una definición clara, mucho menos una dinámica para evaluar.

P: ¿Existe una crítica apresurada al nuevo gobierno?
R: Sí. La realidad es que la discrecionalidad que le atribuyen al gobierno forma parte del escaso margen de maniobra de este contexto. La reputación es una cuestión a construir en el día a día. En términos de expectativas, mientras los inversores financieros pecan por demasiado escépticos, otros sectores le ponen demasiadas fichas a un recuperación vigorosa. La Argentina tiene una maratón por delante. No hay magia, ni atajos.

P: ¿Es posible una salida “rápida” a una recesión tan profunda?
R: La respuesta es no. Hay una fuerte dependencia del sector externo (exportaciones) y los precios de las commodities no favorecen una salida a tasas chinas. Las divisas no alcanzan para hacer sostenibles aumentos siderales en los salarios, pero tampoco hay capacidad para una política fiscal expansiva con un canje en ciernes y con el FMI marcando la cancha. No hay vectores para acelerar el crecimiento al menos en el mediano plazo. Por eso es tan necesario pensar en el largo plazo. De nuevo, se trata de una maratón, no es una carrera de 100 metros.

Las divisas no alcanzan para hacer sostenibles aumentos siderales en los salarios, pero tampoco hay capacidad para una política fiscal expansiva con un canje en ciernes y con el FMI marcando la cancha.

P: ¿Es viable el planteo actual para la re negociación de la deuda?
R: El planteo de la renegociación de la deuda no lo conocemos. Entendemos que el apuro impide quitas agresivas, pero también es verdad que la suavidad complica la sostenibilidad futura. Mientras tanto, el Gobierno dio señales claras sobre la voluntad de pago y prudencia sobre los recursos fiscales.

P:¿Qué opina de la nueva política monetaria con tasas de interés más bajas?
R: La reducción agresiva de tasas de interés con absorción monetaria en enero sólo fue posible por el cepo cambiario. Obviamente esto trajo consecuencias: con la tasa de interés en torno de 30% y una inflación esperada superior a 40%, la presión se trasladó a la brecha cambiaria (está cómodamente por encima de 30%). Me preocupan las presiones adicionales que se pueden generar en febrero. Si bien trae algún alivio al costo del capital de trabajo para las pymes, es peligroso para la sostenibilidad macro.

P: En este marco de situación ¿Es posible una baja considerable de la inflación ene 2020?
R: No. Respecto del cierre de 2019, una reducción cercana aL 10% sería un éxito. El problema es que fuera del mercado de crédito no hay margen para congelar el tipo de cambio más allá del tiempo que dure la renegociación de la deuda. Tampoco hay margen fiscal para usar de ancla las tarifas. En este contexto recesivo, el salario se perfila como la variable de ajuste más probable, sujeto a la capacidad de negociación de cada gremio.

P: El tipo de cambio múltiple ¿Llegó para quedarse?
R: Sí. Mientras la Argentina se mantenga fuera del mercado de crédito internacional, el tipo de cambio múltiple será una constante. En ese sentido, la brecha no debería superar los valores actuales, dado que eso podría empezar a complicar toda la dinámica del sector externo y con ello demorar mucho más la recuperación.

P: ¿Es optimista respecto al rumbo elegido por el gobierno?
R: Este año no se parece a ningún otro de la historia, porque no hay condiciones para generar una veloz disponibilidad de divisas y el ciclo va a ser más largo. En ausencia de saltos en los precios de las exportaciones, no hay mucho espacio para un crecimiento que permita recomponer rápidamente lo perdido durante las ultimas dos gestiones. Y este es el buen escenario. Salvo milagros en las condiciones internacionales, nos esperan años de crecimiento extremadamente magro. No es poco, teniendo en cuenta que hace una década que la Argentina no crece.


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