No hay paz en Bolivia

Actualizado a las 20:07

LA PAZ (dpa) – Bolivia abrió hoy su tercera semana consecutiva de agitación social, con llamados a radicalizar las protestas reclamando la nacionalización de los hidrocarburos y una Asamblea Constituyente, y con la mirada atenta en el Parlamento, que mañana reinicia sus sesiones asediado por amenazas de ocupación.

En medio de este panorama, el presidente Carlos Mesa cuestionó a los «grupos minoritarios» que reclaman el cierre del Congreso, al acusarlos de gestar un golpe, y alertó sobre una supuesta «conspiración» para evitar que ese poder reanude su agenda, que contempla el referéndum sobre autonomías y la Asamblea Constituyente. «El cierre del parlamento es un golpe de Estado. No existe democracia sin Parlamento. Lo que esos grupos minoritarios proponen es un golpe de Estado y ciertamente no contarán con el presidente de la República», dijo Mesa, quien ofreció garantías a los legisladores para que retomen sus actividades.

Desde la contestataria ciudad de El Alto, miles de personas marcharon hacia el centro de La Paz, la sede de gobierno, que permanece incomunicada del resto del país y de las rutas que conducen a Chile y Perú. Habitantes, vendedores callejeros, maestros, universitarios, así como miembros de la Central Obrera Regional (COR) y de la Federación de juntas vecinales se congregaron en el centro paceño, que en las semanas pasadas se ha visto colapsado por numerosas protestas.

«El día de hoy en El Alto estamos consolidando el paro, el paro es total. Esta vez sí no se mueve nada (ningún vehículo)», declaró el dirigente de los vecinos, Abel Mamani, a radioemisoras en La Paz. A su turno, campesinos y cocaleros encabezados por el Movimiento al Socialismo (MAS), del dirigente opositor Evo Morales, volvieron a marchar por las calles capitalinas. «Los marchistas hemos venido con el fin de conseguir la convocatoria a la Asamblea Constituyente y la Ley de Hidrocarburos», aseguró el líder campesino Román Loyza, quien criticó a los que incitan a manifestaciones violentas o acciones contra el gobierno. Loyza dijo que «garantizarán» el trabajo de Parlamento y evitarán cualquier intento de ocupación, pero advirtió que en caso de que no se inicien los debates se instalarán bloqueos en distintos camino. Las autoridades permanecen alerta para resguardar el centro paceño, donde la semana pasada se registraron choques entre manifestantes y policías, al tiempo que fueron destrozados los vidrios en un edificio oficial y de algunos vehículos. Grupos de marchistas han intentado ingresar a la céntrica Plaza de Murillo, en cuyas adyacencias se encuentran el Congreso y el Palacio Quemado, sede de la presidencia, pero fueron replegados por los efectivos, que mantienen un fuerte dipositivo de seguridad. «Estamos trabajando para otorgar las garantías al Parlamento», dijo el ministro de gobierno, Saúl Lara. El comandante de la Policía, general David Aramayo, desechó que sus hombres apelen al uso de «armas de fuego» para contener a los manifestantes, y aseguró que serán detenidas las personas que porten dinamita o insten a la violencia durante las marchas. Maestros rurales se sumaron a las protestas e instalaron un bloqueo en la población de Caracollo, a unos 190 kilómetros al suroeste de La Paz, exigiendo nacionalizar los recursos naturales. «Nuestra consigna es la nacionalización de los hidrocarburos», aseguró uno de los manifestantes a las radios locales. El Congreso reanudará este martes sus sesiones tras un receso que declaró ese poder para cumplir una semana de actividad regional, ante las amenazas de grupos sociales que intentaron ocupar sus instalaciones buscando evitar la discusión del referéndum sobre autonomías que promueve la región de Santa Cruz (oriente). «Espero que finalmente los parlamentarios puedan trasladarse a La Paz y podamos sesionar en el edificio del poder Legislativo», señaló hoy el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez. Las agrupaciones del occidente boliviano se oponen al pedido de Santa Cruz -que cuenta con el apoyo de sus vecinos de Beni (noreste), Pando (norte) y Tarija (sur)-, de consultar la opinión de los ciudadanos en torno al modelo de autonomías, al señalar que ese tema debe analizarse en la Constituyente. Los movimientos en el occidente defienden la realización de la Constituyente, como un escenario que permitirá «refundar» al país y debatir, entre otros temas, las autonomías regionales. El jefe de la Cámara de diputados, Mario Cossío, afirmó que se necesita construir «escenarios de acuerdo nacional» para atender estos pedidos. En el mismo sentido se pronunció Evo, como se le conoce en el país, quien propuso «unir las agendas» regionales, e invitó a la Iglesia Católica a interponer sus oficios para facilitar el diálogo. Tales pedidos han reabierto una vieja disputa entre el oriente y el occidente boliviano en medio de la compleja situación que afronta este país, agobiado por las marchas iniciadas luego de la promugación de la ley petrolera y las denuncias del gobierno de supuestos intentos de conspirar contra Mesa.


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