No hay sanciones para la falta de seguridad en obras

El grave incidente ocurrido en Elflein y Quaglia no produjo heridos pero expuso los vacíos normativos del municipio.

FISCALIZACIÓN

La caída de tres gruesas barras de hierro desde una obra en construcción a la vía pública, en la esquina de Elflein y Quaglia, que ocurrió sin mayor repercusión el 27 de agosto no activó hasta el momento ninguna revisión de la normativa vigente, que no contempla sanciones para fallas de seguridad, ni de los recursos disponibles para fiscalizar la actividad.

Ese miércoles, poco después de las 16, tres barras de hierro de 20 milímetros de diámetro y seis metros de largo se deslizaron desde el séptimo piso del edificio donde los operarios estaban trabajando en el armado de estructura de hormigón y cayeron hacia la acera de Elflein.

Dos se clavaron en el asfalto y la tercera atravesó el baúl de un vehículo de alquiler que circulaba por esa calle, ocupado por cuatro jóvenes turistas que tardaron el reponerse del sobresalto. La barra traspasó el rodado y se clavó en el asfalto.

El director de Obras Particulares, Ramón González, explicó a “DeBariloche” que no están contempladas sanciones administrativas para este tipo porque “las nuevas normas de seguridad todavía no han sido volcadas al Código de Edificación del 80” que rige la actividad de la construcción en la ciudad.

También admitió que la Dirección a su cargo no cuenta los recursos necesarios para sostener una fiscalización suficiente de los emprendimientos en marcha. “No tenemos la movilidad ni la cantidad de inspectores para recorrer todas las obras”, dijo el funcionario que aclaró que la constructora responsable del edificio de Elflein 115 “no tenía nada mal”.

Extraoficialmente personal de la repartición reconoció a este portal que las condiciones de seguridad en la construcción son endebles y que ocho de cada diez obras que se ejecutan en la ciudad no cumplen con todos los requisitos legales de seguridad e higiene.

González minimizó la importancia de la vía administrativa para este tipo de casos ya que las obras tienen la obligación de tener seguros y desde hace dos años se les exige la contratación de un servicio de Seguridad e Higiene para garantizar la integridad de los trabajadores y de terceros.

En tal sentido señaló que “esta obra no tenía nada mal, lo que ocurrió fue un accidente tonto, porque los operarios estaban subiendo hierros para armar barandas de seguridad antes de comenzar con el encofrado del octavo piso”.

Su versión difiere con la del informe elevado por la empresa Hiza Ingeniería & Construcciones SRL que explicó que las barras estaban apoyadas en forma vertical sobre la séptima losa en el frente ubicado sobre Elflein, “sin estar atados” y se deslizaron cuando el personal comenzó a “tirar de estos hierros” para ubicarlos en la estructura de hormigón del octavo piso.

González llegó al lugar cuando los damnificados se recuperaban del sobresalto sufrido. “Estaban afuera (del vehículo) abrazos, festejando que estaban vivos” recordó González que confió que pocos minutos después del accidente se hicieron presentes los profesionales responsables de la obra y una administradora de la agencia de alquiler propietaria del auto que intercambiaron datos sobre los seguros y asistieron a los damnificados.

Tras el episodio los profesionales responsables de la obra se comprometieron a instalar una bandera de madera horizontal en el séptimo piso y una protección vertical con andamios y mediasombra en el retiro de obra.

El jefe del Departamento de Inspectores, Juan Rodríguez, explicó a este portal que “la responsabilidad civil y penal es del propietario y de los profesionales actuantes y al momento del accidente contaban con el servicio profesional de seguridad” y que el municipio realizará monitoreos permanentes de la obra para constatar las correcciones comprometidas.

Según el acta de inspección labrada el 4 de setiembre por el Departamento de Inspección para intimar la ejecución de “medidas de seguridad de acuerdo a la normativa vigente” y la ampliación del informe presentado, la propietaria de la obra es Roxana Simonetti y el profesional actuante Rodrigo López Dávalos.

DeBariloche


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