No hay solución

Juan Román Riquelme fue muy duro con los dirigentes de Boca y la renovación está más lejana.

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¿Quién no quiere que las cosas se resuelvan en Boca? ¿Quieren los dirigentes de Boca que Juan Román Riquelme siga siendo jugador del club? ¿Están divididos los dirigentes Xeneizes por este asunto? ¿Y Riquelme? ¿Quiere a Boca tanto como dice o en algún punto su ego y sus intereses también tallan más allá del amor a la azul y oro? Las preguntas se acumulan sin respuestas. Cada uno dice lo que le conviene. Los dirigentes, que todo va más o menos bien. Y Riquelme, que nada va a ningún lado. Que todo está igual de mal que hace semanas. Cada uno parece estar haciendo su juego. Un juego que a esta altura ya no se sabe cual es. Ayer temprano se conocieron declaraciones de Claudio Borghi desde Wellington que decían que la renovación de Román estaba hecha en un 80 por ciento, aunque “faltaban detalles importantes”. Y al mediodía se escuchó la respuesta de Riquelme: “Hay que decir la verdad de cómo está la situación hoy. Confunde a la gente que digan que está arreglado cuando las cosas fueron para atrás el lunes. Alguien mandó a decir que estaba arreglado, pero hay que ser claros. Nos ofrecieron una cosa que es para reírse”, señaló JR en diálogo con Radio Del Plata. ¿Quién le dijo al Bichi que estaba todo bien? El dinero, la política… Boca había comenzado ofreciendo una continuidad de año y medio, mientras que el jugador quería que el vínculo se extendiera a tres años, como el que finalizó el pasado 30 de junio, pero después subió la pretensión a un año más, luego de lo cual el club subió hasta tres y, finalmente, hasta cuatro. Sin embargo, como el dinero que iba a percibir en el último año de contrato, de acuerdo con la proposición de la institución, era sensiblemente inferior a lo de los tres años anteriores, las tratativas siguen duras. “Jamás le pedí plata a Boca, no estoy hablando de dinero. Yo no les vendo el contrato. Lo mío es muy fácil. La situación está igual que hace 20 días atrás”, aseveró el estratega. Por la tarde, el dirigente Horacio Palmieri se refirió a la interna dirigencial y el papel de Mauricio Macri. “Se sabe que las diferencias entre los dirigentes cercanos a Macri y el jugador son conocidas y no de ahora”, disparó Palmieri. Pero hay vida más allá de Riquelme. Finalmente, el defensor Ezequiel Muñoz fue adquirido por el Palermo de Italia. A Boca le quedarán seis millones de dólares. Matías Giménez prefirió no ir al Flamengo y quedarse en el Xeneize. Y el plantel que gira por Oceanía jugaba en las primeras horas de la mañana con el Wellington Phoenix, de Nueva Zelanda, el último partido antes de volver a Buenos Aires. Mundo Boca.


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