No los une el amor sino el espanto

La Federación Agraria, uno de los integrantes de la Comisión de Enlace, trata de superar diferencias para no quedar “pegada” al gobierno nacional. El debate interno y los desafíos.

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BUENOS AIRES (ABA) . – En la Federación Agraria Argentina (FAA) va creciendo un fuerte debate interno sobre el futuro de la Mesa de Enlace.

Es que muchos dirigentes de la FAA, conducida por Eduardo Buzzi, temen que una fractura los “tire” a las manos del Gobierno.

“Hay un desgaste en la Mesa de Enlace, no se puede desconocer; pero con el gobierno kirchnerista no hay acercamiento que valga”, afirmó un alto dirigente de la FAA, entidad que representa a pequeños y medianos productores.

El mismo aseguró que, aún cuando existan disidencias, esa es la postura mayoritaria de los ruralistas de su sector.

La polémica recrudeció a partir de la participación del vicepresidente de FAA, Omar Barchetta y del director Pedro Peretti, en el encuentro que encabezara el miércoles pasado en Parque Norte el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, para hablar del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), evento al que no asistió ningún miembro de la Sociedad Rural Argentina (SRA), ni de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), ni de Coninagro, los otros tres integrantes de la Comisión de Enlace.

“Estar ahí fue una decisión de la Comisión Gremial, pero las bases de Federación Agraria no quieren saber nada con que la mesa de Enlace se rompa, por el contrario su fragmentación favorecería al gobierno”, afirmó el dirigente agropecuario y senador provincial del GEN, Pedro Molini.

Barchetta justificó su aceptación a la convocatoria del gobierno: “Hace años le entidad viene pidiendo un plan estratégico en materia de política agropecuaria y esto de ninguna manera quiere decir que coincidamos plenamente con lo que está haciendo el Gobierno en materia agropecuaria. Seguimos teniendo diferencias, pero creemos que hay que formar parte de todos los ámbitos de discusión y de intercambio”.

Hay quienes son menos contemplativos. “No haría ningún acuerdo con el gobierno porque sus conductas no han cambiado como para dar un paso adelante”, dijo Molini, quien consideró que la situación en el Alto Valle, tanto en la agricultura como en ganadería, son una prueba de la complicada situación por la que atraviesa la actividad.

El propio Barchetta estuvo la semana pasada en la provincia de Río Negro para hacer gestiones en favor del refinanciamiento de las deudas de pequeños productores.

El viernes pasado en Córdoba tras su reencuentro con sus pares de la Mesa de Enlace: Biolcati (SRA), Mario Llambías (CRA) y Carlos Garetto (Coninagro), el propio Buzzi sintetizó la situación: “La Comisión de Enlace fue la consecuencia de un proceso de agresión y confiscación hecho con autoritarismo por el Gobierno. Incluso un sector de la sociedad no agropecuario delegó en la Mesa de Enlace el repudio a una forma de gestión de la política. En ese período las diferencias estaban subordinadas a un interés superior. El problema vino cuando hubo que formular soluciones. Reconozco que existen dificultades en el presente, porque representamos cosas diferentes; no es fácil resolver las diferencias, pero hay que hacerlo”.

Caídas las facultades que el Congreso había delegado en el Gobierno, será el turno para que la dirigencia agropecuaria pueda ir más allá de compartir un enemigo. Las semanas que vienen serán significativas en este sentido.

Buzzi comparte un mate amargo con Biolcati, de la Sociedad Rural. Las diferencias ya son inocultables.

Claudio Rabinovitch

La Federación Agraria replantea la relación con sus socios de la Mesa de Enlace


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