«No me acostumbro a ser suplente»

JUAN IGNACIO PEREYRA

Su época dorada como titular indiscutido es cada vez más lejana. Actualmente acepta el sitio que le toca: sentado en el banco de suplentes.

Sin embargo, el paso de los años no genera resignación en Guillermo Barros Schelotto, quien la semana pasada tenía casi decidido su desvinculación de Boca aunque ahora prefiere no hablar del tema. Sucede que el destino le regaló otro guiño para que continúe su idilio con la hinchada.

Así, el último domingo, ante River, su ingreso decidió el partido, en un momento que todo parecía perdido. «Me tocó entrar, participar en la expulsión de Tula y hacer la jugada que definió el empate. Pudimos resolver un partido que teníamos en contra», contó el Mellizo, el último jugador en finalizar los entrenamientos en Casa Amarilla, cuando sus compañeros ya se habían ido.

–¿Cómo estás personalmente?

–Me levanté con la sensación de haber podido ayudar a Boca en los pocos minutos que me tocó jugar. Sé que estoy igual que antes. Hoy el técnico se decide por otros jugadores pero yo estoy a la altura de poder jugar en Boca. Soñaba ganar con un gol mío pero, con dos expulsados lo único que pensábamos era empatar.

–Desde el banco, ¿cómo lo vivíste?

–Con la tranquilidad de dejar todo en cada entrenamiento para ser titular. Sé lo que puedo dar. Sé que estoy para ser titular, más allá de que el que decide es Basile. Sabía que me iba a tocar estar en el banco y desde ahí pensé en concentrarme para rendir si me tocaba entrar diez minutos. Mientras, espero la oportunidad de volver a jugar. No me acostumbro a ser suplente.

–¿Te imaginabas adentro de la cancha?

–La posibilidad era Delgado o yo. Esta vez Basile me eligió a mí y por suerte me fue bien. –   ¿Extrañabas el protagonismo?

–Obviamente que uno quiere jugar siempre pero es Basile el que decide y él elige otros jugadores. Pero me preparo y estoy listo para estos momentos, que tanto me gustan vivir. Ojalá pueda seguir cumpliendo.

–Passarella dijo que festejaron el empate como un equipo chico, ¿qué pensás?

–Creo que en realidad se refirió a los hinchas, pero bueno, es su opinión… El festejo de la gente fue por como se dio el partido. Tuvimos dos jugadores menos y estábamos perdiendo. Un poco tiene que ver el hecho de que si nos ganaban se iban a cuatro.

–¿Entonces el empate fue importante?

–Ojalá. Hay que ver cómo termina el torneo. Sirvió para que no se aleje River y para continuar en el lote de los punteros sin que haya mucha diferencia. Si hubiéramos perdido sería diferente.

El Mellizo y el penal que «sí fue»

–Cáceres dijo que no hubo penal.

–Las imágenes no dejan dudas ni en la jugada del penal y ni en la expulsión de Tula. Lo que digan es un problema de ellos. Cáceres me pega y no quedan dudas: fue penal. Me quedaba para hacer el gol pero me comete infracción.

–Al final del partido diste una especie de vuelta olímpica, ¿tiene algún significado?

–Después del partido el «Pato» (Abbondanzieri) me dio una copa (Ramón Carrillo); dos hinchas me levantaron y me llevaron a la tribuna de socios y después hacia donde está 'La 12'. Pero nada más…

–Pero, ¿fue tu último clásico?

–No sé, de lo que va a suceder en junio no quiero hablar porque no quiero generar ninguna polémica ni malas interpretaciones. Lo único que me interesa es lo futbolístico, que se hable de si Boca está bien o mal en el juego y de si va puntero o no.

–Macri dijo que sos una leyenda.

–Sí, incluso tengo un año más de contrato. No tengo ningún problema con los dirigentes, los compañeros ni el cuerpo técnico. El afecto de la gente es muy grande y, en lo personal, me hace sentir muy bien. (ABA)