“No nos comamos el chamuyo”

<b>Le restó importancia a la goleada de Alemania ante Inglaterra y prefirió no polemizar tras la eliminación brasileña.</b>

Jamás se sabrá si al seleccionado argentino le afectó para bien la sorpresiva eliminación de Brasil. Algunos medios de prensa esperaban quizá que Diego Maradona estallara con jocosidad, con frases picantes por la desgracia verdeamarela, pero el Diez se mantuvo casi inalterable.

“Es un problema de Brasil”, dijo en el arranque de una conferencia de prensa bien maradoniana –preguntas poco comprometidas, escasa información y algunas malas contestaciones del DT-, y continuó: “Yo tengo otro negocio en la cabeza. Nosotros sólo estamos pensando en el partido nuestro”.

Maradona intenta mantenerse sosegado, aunque muchas veces lo traicione el inconsciente.

No respondió inmediatamente a las provocaciones previas de los jugadores alemanes, pero ayer lanzó algunas frases cargadas de pólvora. Bien suyas.

“No nos metamos en la cabeza el 4-1 a Inglaterra. No nos comamos el chamuyo, la mentira. Inglaterra le facilitó el camino y Alemania lo supo aprovechar. Los alemanes para ganarnos van a tener que jugar mejor y dejar la piel dentro de la cancha”, anticipó Maradona ante los medios. “Respeto a todo el mundo, pero no le tengo miedo a nadie”, subrayó el DT.

Pocos se imaginan a Joachim Löw colgándose hoy del cuello de sus jugadores y estampándoles un ruidoso beso en el túnel antes de salir al campo del estadio de Ciudad del Cabo. O a Diego saludando con un apretón de manos a sus dirigidos para desearles el mayor de los éxitos.

El choque entre argentinos y alemanes no es sólo un clásico más del fútbol internacional, sino también un duelo de identidades e idiosincrasias que van mucho más allá de cómo patear la pelota.

Pero hay cosas que han cambiado en esta historia. Fueron los germanos quienes tomaron la delantera y sorprendieron con un ataque verbal que no se hubiera esperado de ellos.

Con un llamativo bajo perfil, la viveza criolla y el “fulbito de potrero”, los criollos quedaron en segundo plano ante el estratégico avance germano que calentó el clima previo. “¿Qué te pasa, Schweinsteiger? ¿Estás nervioso?”, le respondió Diego con una sonrisa irónica antes de subir la apuesta: “Vamos a ir a ganarle a Alemania en su campo”.

Pero ayer fue por más. “Estamos muy bien, muy concentrados, muy metidos en el partido. Alemania le ganó fácil a Inglaterra, pero cuando lo apuró descontó, le empató y no le cobraron el gol. Sabemos que perdió con Serbia que le quitó la pelota, con Ghana ganó pero su arquero fue figura”, relató. “No nos comamos el chamuyo, Inglaterra le facilitó los caminos y Alemania los supo aprovechar, pero bueno, así es el fútbol y hay que bancarlo”, agregó.

Horas antes, Löw fue más diplomático, llamando a la calma. “Argentina juega con todo el cuerpo hasta el límite de lo permitido. Los sudamericanos son gentiles, buenas personas, pero en la cancha juegan al límite y eso no significa que le faltemos el respeto”.

Nadie puede dejar de pensar en el Mundial pasado. Maradona estaba en las gradas y desde ahí buscaba ser una inyección espiritual para los de José Pekerman. Löw era ayudante de campo de Klinsmann y festejó desde adentro la clasificación a semis.

Se respetan mutuamente -”los dos equipos son peligrosos”, dice Löw- y Diego tira la clave del triunfo. “No tenemos porque hablar del rival como hicieron ellos de nosotros. Ellos siempre le hicieron buenos partidos a Argentina, pero si tenemos el balón pueden correr mucho tiempo sin tener la pelota”, indicó el técnico argentino. Ojalá que todo salga de Diez.

“Argentina juega al límite”, reconoció Joachim.


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