“No son más que oportunistas de turno”

“Yo he visto malos que se han convertido en buenos, pero no he visto jamás un bruto volverse inteligente”. Juan Domingo Perón Leyendo por enésima vez a ese gran conductor que ha sido el general, uno descubre y redescubre la palabra justa, la sentencia sabia, el concepto indubitable… pero, fundamentalmente, la inteligencia de un hombre humilde puesta a disposición de un pueblo que lo cobijó, lo escuchó y lo aprehendió. Repetir el ejercicio de leer sus mensajes no sólo es una acción que me permito aconsejar sino que implica resignificar su única fuente de inspiración, la voz del pueblo, fuente que debería ser el norte para todos aquellos que hemos abrazado sus banderas, para quienes somos sus herederos. Pero sólo uno más, como otros que fueron felices porque para ellos llegó el peronismo o como aquellos que esperan y sueñan porque saben que ese peronismo será el constructor de una nueva forma de vivir y trascender; en definitiva, de realizarse como hombres. Sin embargo, y a la luz de los tiempos que transcurren, no es excepcional encontrarse con personajes incontinentes que no sólo deberían releer a ese personaje insigne que ha sido nuestro conductor sino también interpretarlo, única manera de no profanar su legado. Al menos intentarlo, se me ocurre, dudo vislumbrar un atisbo de cambio; evidentemente, de nada ha servido la recolección de frases sueltas en trabajos personales agendados. La diatriba incoherente y vacía de estos tiempos ha sacado el velo, no son más que oportunistas de turno que se han subido a un tren más sin importar el destino. Son esos mismos que muestran la hilacha como ya lo han hecho en otros tiempos, sólo que ya no quedan más “trapos” donde esconderse y es entonces cuando aflora la crítica a los compañeros, la humildad maquillada, la descalificación innata y la impostura de aquellos que sólo de “pico” se dicen compañeros. Porque, además, no sólo impostan la bonhomía sino que privilegian, como han privilegiado su “mercadito”; son los líberos de la política, los librepensadores, los que están enfermos de individualismo, los que detestan lo colectivo, los que –en definitiva– siempre andan solos por la vida, pobres de espíritu. Como hombre de un colectivo transformador me quedo indubitablemente con aquellos que fueron el sueño de Perón y Evita, con los que trabajan día a día, con los que lo hacen por esos trabajadores que también deben quitarnos el sueño. Me quedo con vos, compañero Ariel, que como tantos otros compañeros soportás la afrenta de los pequeños, de los que no entendieron nada. “Quien le da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro”. Juan Domingo Perón Luis Daniel Macaya, DNI 12.334.936 Viedma

Luis Daniel Macaya, DNI 12.334.936 Viedma


“Yo he visto malos que se han convertido en buenos, pero no he visto jamás un bruto volverse inteligente”. Juan Domingo Perón Leyendo por enésima vez a ese gran conductor que ha sido el general, uno descubre y redescubre la palabra justa, la sentencia sabia, el concepto indubitable... pero, fundamentalmente, la inteligencia de un hombre humilde puesta a disposición de un pueblo que lo cobijó, lo escuchó y lo aprehendió. Repetir el ejercicio de leer sus mensajes no sólo es una acción que me permito aconsejar sino que implica resignificar su única fuente de inspiración, la voz del pueblo, fuente que debería ser el norte para todos aquellos que hemos abrazado sus banderas, para quienes somos sus herederos. Pero sólo uno más, como otros que fueron felices porque para ellos llegó el peronismo o como aquellos que esperan y sueñan porque saben que ese peronismo será el constructor de una nueva forma de vivir y trascender; en definitiva, de realizarse como hombres. Sin embargo, y a la luz de los tiempos que transcurren, no es excepcional encontrarse con personajes incontinentes que no sólo deberían releer a ese personaje insigne que ha sido nuestro conductor sino también interpretarlo, única manera de no profanar su legado. Al menos intentarlo, se me ocurre, dudo vislumbrar un atisbo de cambio; evidentemente, de nada ha servido la recolección de frases sueltas en trabajos personales agendados. La diatriba incoherente y vacía de estos tiempos ha sacado el velo, no son más que oportunistas de turno que se han subido a un tren más sin importar el destino. Son esos mismos que muestran la hilacha como ya lo han hecho en otros tiempos, sólo que ya no quedan más “trapos” donde esconderse y es entonces cuando aflora la crítica a los compañeros, la humildad maquillada, la descalificación innata y la impostura de aquellos que sólo de “pico” se dicen compañeros. Porque, además, no sólo impostan la bonhomía sino que privilegian, como han privilegiado su “mercadito”; son los líberos de la política, los librepensadores, los que están enfermos de individualismo, los que detestan lo colectivo, los que –en definitiva– siempre andan solos por la vida, pobres de espíritu. Como hombre de un colectivo transformador me quedo indubitablemente con aquellos que fueron el sueño de Perón y Evita, con los que trabajan día a día, con los que lo hacen por esos trabajadores que también deben quitarnos el sueño. Me quedo con vos, compañero Ariel, que como tantos otros compañeros soportás la afrenta de los pequeños, de los que no entendieron nada. “Quien le da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro”. Juan Domingo Perón Luis Daniel Macaya, DNI 12.334.936 Viedma

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