No son mucho más que dos

Además de Nalbandian sólo dos argentinos salieron airosos ayer por los choques de primera ronda.

Uno de ellos fue Juan Mónaco, quien comenzó con buen pie un torneo en el que tiene puestas fuertes esperanzas. Batió a su compatriota Carlos Berlocq por 7-6 (7-5), 7-5 y 6-1, y ahora deberá medirse con el estadounidense Amer Delic por el pase a tercera ronda. «Cada vez me siento mejor en cemento. La meta para 2007 es mejorar. Hicimos un fuerte trabajo físico en la pretemporada, porque se vienen muchas cosas importantes, y hay que estar bien preparado», aseguró el tandilense.

El que no la pasó bien fue Sergio Roitman, quien cayó ante el alemán Denis Gremelmayr por 6-1, 0-6, 6-4 y 7-5 y terminó el juego con fuertes dolores en el codo derecho.

Tampoco admitió sentirse muy bien físicamente Juan Martín del Potro, a pesar de imponerse al español Santiago Ventura por 6-3, 6-1 y 6-3, y que no se tiene demasiada confianza para jugar en segunda ronda contra otro español, David Ferrer.

«Tengo aparentemente una fractura en la tercera vértebra lumbar. Me pasó en Argentina, entrenando en el gimnasio. Después llegué a Adelaida, saqué fuerte y desde entonces el dolor no para», se lamentó.

Casi fue también dolor lo que sintió Diego Hartfield durante su partido contra el número uno del mundo, el suizo Roger Federer, que pasó por encima al argentino con un 6-0, 6-3 y 6-0.

El panorama fue desolador entre las mujeres: las tres participantes se fueron en primera ronda y sin ganar un set. Gisela Dulko cayó 6-1 y 6-1 ante la danesa Caroline Wozniacki, mientras que Clarisa Fernández, que regresa al circuito tras perderse casi todo el 2007 por lesión, se inclinó por 6-3 y 6-3 ante la francesa Alize Cornet. En tanto María Emilia Salerni perdió por 6-2 y 6-3 ante la ucraniana Mariya Korittseva.

Al cierre de esta edición jugaba Agustín Calleri ante el austríaco Stefan Koubek.