«No vamos a huir mientras yo sea presidente», afirmó Bush

WASHINGTON (AP).- El presidente George W. Bush declaró ayer que los temores de muchos estadounidenses sobre la probabilidad de un nuevo ataque terrorista están bien fundados.

«Este es un país difícil de defender», admitió el mandatario. «Nuestra información de espionaje es buena, pero nunca es perfecta y allí reside el problema», dijo Bush a los directivos de más de 1.500 diarios miembros de The Associated Press que participan en la sesión anual de la cooperativa.

El presidente reconoció que las semanas recientes en Irak, con toda su violencia, han sido sumamente duras para las fuerzas de la coalición encabezada por Estados Unidos y para los iraquíes víctimas de la violencia.

Pero prometió que su gobierno no cejará en su compromiso de dejar un Irak libre y democrático.

«El pueblo iraquí nos mira y se pregunta si los estadounidenses van a huir nuevamente. No vamos a huir mientras yo sea presidente», aseguró.

Cuando se le preguntó sobre una encuesta de la AP según la cual dos tercios de los estadounidenses creen que es probable otro ataque terrorista antes de las elecciones de noviembre, Bush respondió: «Entiendo las razones por las que creen que seremos atacados nuevamente. Vieron lo que ocurrió en Madrid», destacó. Las explosiones del 11 de marzo en trenes de Madrid, que mataron a 191 personas e hirieron a más de 2.000, ocurrieron en la semana previa a las elecciones generales.

Bush condenó los ataques terroristas de ayer en Irak y Arabia Saudí. «Atacaron hoy en Basora y mataron a iraquíes inocentes. Atacaron hoy en Riad. Lanzan ataques todo el tiempo. Quieren atacarnos otra vez. Tenemos que ser eficaces para detenerlos», indicó Bush.

«No habrá negociaciones con esos terroristas. Es importante que los hallemos antes de que regresen aquí».

«Son tiempos difíciles», dijo el presidente a los ejecutivos de los diarios. «Las últimas dos semanas han sido sumamente duras». Indicó que los atacantes «desean detener el avance de la libertad».

Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, prometió ayer «llegar a la verdad» sobre las acusaciones de fraude en el manejo de la ONU del programa petróleo por alimentos para Irak bajo el régimen de Saddam Hussein. El martes el canal de televisión ABC News reveló que al menos tres altos funcionarios de la ONU, entre ellos el jefe de ese programa, Benon Sevan, y unas 270 personalidades políticas de 22 países estarían implicadas en estas acusaciones.

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