Noche de pánico para una familia de Chichinales

Una pareja miraba tevé cuando entró un grupo armado.Huyeron con 2.000 pesos y los dejaron encerrados.

CHICHINALES (AVR).- Momentos de pánico vivió una familia de Chichinales, cuando cuatro personas armadas con escopetas y armas de puño ingresó en forma violenta a la vivienda que ocupan para robar.

Durante casi 30 minutos la familia fue retenida bajo amenazas por el grupo de malvivientes, que mostraron un amplio conocimiento del lugar. Tres de ellos cubrían sus rostros con pasamontañas para evitar ser identificados.

El objetivo del atraco fue la farmacia Del Rosario, situada sobre la avenida Del Comahue. De allí sustrajeron entre 1.800 y 2.000 pesos en efectivo, las tarjetas de crédito y documentación de los propietarios del comercio, además de artículos de bijouterie y relojes.

Para lograr ingresar a la farmacia, los delincuentes primero irrumpieron en forma violenta en la vivienda de Néstor y Susana Díaz, propietarios de la farmacia que se encuentra conectada a la casa. Tras mantener bajo amenazas a la pareja y sus dos hijos, escaparon del lugar luego de encerrarlos en el lavadero.

No obstante, antes de escapar les advirtieron que uno de los integrantes del grupo iba a vigilar el lugar y si intentaban dar aviso a la policía los matarían.

Todo comenzó aproximadamente a las 23.45 del viernes, cuando los cuatro sujetos rompieron la puerta de acceso a la casa con violento golpe, utilizando un pesado trozo de hierro.

Susana Díaz indicó que en ese momento estaba junto a su marido mirando televisión en la sala de estar de la casa, cuando se vieron sorprendidos por los malvivientes.

«Fue como en las películas. No hubo tiempo para nada. Rompieron la puerta y de golpe estábamos rodeados con armas que nos apuntaban», comentó la mujer, aún shockeada por el momento de pánico que vivió junto a su familia.

Luego indicó que uno de los malvivientes, que usaba un pasamontaña de lana negra para taparse el rostro, la tomó por el cuello y con la escopeta le apuntó a la cabeza mientras le exigía todo el dinero. Los restantes asaltantes redujeron a su esposo, a quien maniataron y llevaron a una de las piezas donde dormía el hija de la pareja.

«Yo noté que estaban nerviosos, porque respiraban en forma alterada», comentó Díaz al tiempo que agregó que demostraron tener un amplio conocimiento del lugar ya que «se dirigieron directamente a la caja registradora que está oculta debajo del mostrador, luego al sector donde están los artículos de bijouterie y los relojes». Todo eso lo hicieron con las luces apagadas.

Luego revisaron distintos lugares de la vivienda buscando otros objetos de valor, para finalmente encerrarlos con llave en el lavadero de la casa.

«Nos encerraron a mi esposo, a mi hija y a mí, mientras que mi otro hijo estaba durmiendo en la pieza», apuntó la mujer.

Agregó que para salir del lugar utilizaron una pinza para violentar la puerta, en tanto gritaban para alertar a los vecinos.

«Creo que los vecinos deben haber sentido el ruido cuando rompieron la puerta, pero nadie se acercó ni vio nada», por lo que hasta el momento la policía contaba con los pocos datos que pudo brindar la pareja para tratar de dar con los malvivientes.


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