Notable organización de la banda de Bariloche

Los investigadores que cercaron y detuvieron a los asaltantes de la Telefónica están sorprendidos por el modus operandi del grupo presuntamente encabezado por Carlos "El Gordo" Casquet. Al parecer sus cómplices fueron realizando asaltos distractivos, para luego atacar en blancos más importantes. Se sospecha que son los mismos que robaron el casino, el supermercado Tía y la Cooperativa de Electricidad, que fueron los atracos más importantes de la ciudad.

SAN CARLOS DE BARILOCHE .- El nivel de organización de la banda de Carlos «El Gordo» Casquet era sorprendente. En el último de los golpes, el del jueves en Telefónica, sabían que ese día coincidía el primer vencimiento de telefonía común con el de todos los locutorios de Bariloche. También, que tenían media hora para vaciar tranquilos la recaudación (en ese momento había mucho dinero para el retiro de Juncadella). En los atracos del casino, el supermercado Tía y la Cooperativa de Electricidad sucedió igual. Pero esta vez salió ganando la policía y en un operativo casi impecable desmoronó todos los proyectos de la banda, incluidos los de Casquet que hasta ahora venía invicto.

En dos o tres minutos, los tres hombres que habían ingresado armados a Telefónica y los otros dos que aguardaban en el Renault 19 gris (en el asiento del acompañante iba Casquet), yacían en el piso esposados con las manos en la espalda. Uno de ellos había sido rozado por uno de los seis o siete tiros que sonaron minutos antes de las tres de la tarde y ayer era dado de alta.

Poco después del asalto, a dos cuadras de allí, capturaban al sexto, un presunto cómplice que colaboraba como «campana».

Sin mayor violencia la policía desarticuló a una banda que venía desvelándola hace rato, que dio gruesos golpes y además se permitió -al parecer- generar maniobras de distracción, como lo fueron dos asaltos a financieras céntricas en pleno día y robos menores a despensas.

La investigación estuvo a cargo de la jefatura Regional que comanda el comisario Fernando Geldres, e integró personal de la Segunda al mando del comisario Carlos Aciar, la brigada de Investigaciones, Toxicomanía y el grupo BORA. En las últimas semanas los pesquisas venían recibiendo información de «buchones», quienes anticipaban un asalto grande.

«Pero no sabíamos dónde iba a ser -dijo una fuente-. Hace rato estamos con gente de civil en puntos clave, como los bancos. En realidad creíamos que iban a asaltar un banco. El miércoles de la semana anterior estuvimos en la Telefónica, pero ellos pegaron en Credifácil. Ayer (por el jueves) estábamos en los bancos del microcentro, y golpearon en la Telefónica. Estábamos atentos y llegamos enseguida».

Días antes la policía fue capturando a los ladrones que aparentemente daban golpes de distracción. Cayeron los dos asaltantes de Credifácil (que se habían alzado con tres mil pesos) y también los de Credigal (otros tres mil). Antes, en la procesión a la Virgen de las Nieves detuvieron, a Painehual: un «pesado» que había asaltado la despensa La Esquinita, de La Paz y Pasaje Gutiérrez, y a la salida se había tiroteado con la policía.

Por otra parte, se cree que en el operativo del jueves se habría escapado un séptimo cómplice. Resulta que cuando realizaron el arqueo de dinero secuestrado había 38.852,75 pesos, unos tres mil menos que los robados horas antes. Para esta diferencia existen dos posibles explicaciones: o el dinero se cayó en la huida de los delincuentes (una de las bolsas estaba rota) y lo recogieron los testigos ocasionales; o se lo llevó el posible séptimo malhechor. También puede ser una combinación de ambas, aunque en general hay una tendencia a creer en la segunda opción.

Este fin de semana será movido para el juez de instrucción Juan Manuel García Berro. Contra la información que trascendió el jueves, los delincuentes realizaron el asalto a cara descubierta. Y el magistrado deberá hacer una intensa ronda de reconocimientos, con declaraciones indagatorias.

Entre el hampa y la gastronomía, Casquet parece haber llegado al fin

SAN CARLOS DE BARILOCHE .- Tal como sucedió en el casino, el 13 de julio de 1998, y en el supermercado Tía, el 31 de octubre del mismo año, en el robo de la Telefónica los delincuentes actuaron a cara descubierta.

Uno de ellos, el más expuesto, fue un pibe de unos 20 años, rubio y de pelo largo. Otro, un morocho de mediana estatura. «El Gordo» Casquet mide como dos metros y es dueño de un rostro manso y un gesto que transmite una falsa distracción.

Hasta el momento no hay información oficial del asunto, debido a que el juez García Berro impuso un estricto secreto de sumario.

No obstante trascendió que los apellidos de los detenidos serían Quintriqueo, Catrimán (son dos; uno de ellos fue el que recibió el balazo), Morales y Vidal, el que fue atrapado cerca de la calle Mitre.

Distinto fue en el asalto a la Cooperativa de Electricidad Bariloche, perpetrado el 26 de enero de 1998, episodio que aún está en duda si es de la misma autoría. En aquella ocasión dos hombres enmascarados entraron al salón de cobranzas, hicieron tirarse a todos los presentes y en instantes se llevaron 30.000 pesos de las cajas. Si son los mismos, hasta el jueves habían recaudado 150.000 pesos del casino y 65.000 de Tía.

Hasta ahora no lograron desentrañar claramente cómo se movían. Por lo pronto se sabe que cuando se produjo el golpe del casino, Casquet había abierto la pizzería «El Paso», en la avenida Costanera en la zona de los boliches. Allí se vendía la pizza más barata de Bariloche (a 3 pesos la «muza» grande) y al parecer el local también funcionaba de «aguante» de los integrantes de la banda mixta de mendocinos y locales. Luego las finanzas iban bien y abrió Casquet sucursales de «El Paso» en Onelli y el barrio Melipal.

Pero después esos lugares fueron cerrando y Casquet abrió el bar «El Zorro», en la calle Libertad e increiblemente ubicado a pasos de las unidades Segunda y Regional de la policía. Allí se daban cita ignotos truhanes y muchas veces se veían poderosas motos, medio de movilización como los que se usaron en varios asaltos. También en «El Zorro» había «pichinchas» y su eslogan era: «más barato que comer en casa».

Pero la carrera delictiva de Casquet y sus socios, y los negocios en alza, parecen haber terminado. Las detenciones del jueves y la nueva causa penal parecen encaminadas a ser duraderas.


SAN CARLOS DE BARILOCHE .- El nivel de organización de la banda de Carlos "El Gordo" Casquet era sorprendente. En el último de los golpes, el del jueves en Telefónica, sabían que ese día coincidía el primer vencimiento de telefonía común con el de todos los locutorios de Bariloche. También, que tenían media hora para vaciar tranquilos la recaudación (en ese momento había mucho dinero para el retiro de Juncadella). En los atracos del casino, el supermercado Tía y la Cooperativa de Electricidad sucedió igual. Pero esta vez salió ganando la policía y en un operativo casi impecable desmoronó todos los proyectos de la banda, incluidos los de Casquet que hasta ahora venía invicto.

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