“Nuestra justicia está tocando fondo”

Estimado Sr. Algeri –a propósito de su carta publicada en esta sección el 30 de octubre–, no perdamos las esperanzas. Dicen las buenas lenguas que en el mundo se está gestando un movimiento de verdaderos auxiliares de la Justicia y no como es ahora, que son auxiliares del poder, el dinero y la sociedad de consumo. Nuestra Justicia está tocando fondo. Gracias a Dios usted, señor, ha perdido dinero o cosas materiales y no como otras personas, que han perdido a sus seres queridos. Vea los noticieros y advertirá cómo siguen muriendo personas inocentes violadas, abusadas y torturadas por seres con su psiquis enferma dejados en libertad por la Justicia sin una evaluación psicológica previa y una preparación seria por parte de profesionales para reinsertarse en nuestra sociedad o presos que al mes están en encuentros culturales después de haber dado muerte a otro ser, sin una evaluación o un tratamiento para su integración. ¿Tiene idea de cuántos auxiliares de la Justicia ese verano en que un boxeador alcoholizado atropelló a esa mamá embarazada que murió sacaron la cuenta de cuántas horas debía esconderse para que en el control de alcoholemia no apareciera rastro? Lo sorprendería el número. Nuestra familia pasó por la misma situación que usted y perdió la esperanza en la Justicia escuchando, por ejemplo, frases como “la abogada del sindicato de su empleado se está divorciando, por lo tanto va a ser muy difícil ganar” o a nuestro abogado diciendo “hay pocas esperanzas… la Justicia tiene la obligación de volcarse al más débil” (presentando testigos falsos que acreditaban más años de lo trabajado realmente). ¿Cuál será el criterio de estos seres humanos que hacen justicia para decidir quién es el más débil? ¿Qué y cómo medirán con su vara? ¿Cuáles serán sus valores? ¿Lo material, lo moral? Ha observado usted que en esta profesión no existe la mala praxis, ya que “no se pisan la manguera entre bomberos”… ¿por miedo a qué? ¿Sabrán ellos que de noche y en silencio se quedan solos y con su conciencia? ¿Alguna vez averiguó usted, de ese juicio perdido, cuánto le quedó a su exempleado y cuánto se llevaron los abogados? Averigüe, ¡esto también lo sorprenderá! Las políticas de Estado que se están aplicando hacen que nos vulneremos unos a otros y que después de compartir años con una persona durante ocho horas diarias, y teniendo todos las mismas metas, acabemos en juicios millonarios que sólo nos llevan a derrochar horas de angustia, terminando sin una solución que beneficie realmente a ambas partes por dejarnos una lección que aprender. Silvana Beatriz Sagripanti, DNI 12.629.843 – Cipolletti

Silvana Beatriz Sagripanti, DNI 12.629.843 – Cipolletti


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