«Nuestra lucha no es en contra de nadie, es en favor de la educación pública»

Señores padres:

Los abajo firmantes, docentes de escuela pública que realizamos juntos a otros compañeros las medidas de fuerza que todos conocemos y sufrimos, nos dirigimos a ustedes para hacerles llegar nuestros motivos de lucha.

Queremos que sepan que no es contra ustedes ni contra nuestros niños sino, por el contrario, es en favor de la educación pública que todos merecemos.

Ustedes, que nos conocen, que nos ven llegar día a día a nuestros trabajos, saben perfectamente que no tenemos autos cero kilómetro ni nos vamos cada feriado largo de vacaciones a algún lado. Al contrario, muchos de nuestros hijos sólo conocen el mar por fotos, porque no hemos conseguido llevarlos ningún verano. Saben que corremos de un turno a otro, porque el dinero no nos alcanza, y queremos también que sepan la angustia que vivimos cada febrero, cuando debemos tomar un doble turno y vemos que no alcanzan los cargos, porque cada vez son menos (este año, en particular, fueron muchas las secciones que se cerraron, perjudicando el trabajo personalizado con cada niño por la cantidad de alumnos que se «amontonan» en cada grado).

Son muchas las especulaciones de quienes nos defenestran e intentan enfrentarnos. Salen a decirnos vagos, malos maestros, hasta dicen que tenemos de rehenes a nuestros alumnos, pero debemos decirles que no hay nadie que sufra más esta lucha que nuestros propios hijos, quienes son también nuestros alumnos (investiguen en las escuelas privadas cuántos docentes llevan allí a sus hijos y cuántos políticos lo hacen, veremos quiénes son los más interesados en defender la educación pública). Pero sentimos que nuestra obligación hoy es defender nuestro trabajo, defender nuestro salario, porque de eso vivimos, con eso les damos de comer a nuestros hijos.

Muchos nos dicen que viven con menos, que tienen un plan social que apenas les alcanza, otros que no tienen trabajo y hay quienes dicen trabajar doce horas sin descanso. A ello queremos decirles:

Que no es justo tener un plan trabajar, una limosna de ayuda social, porque todo ciudadano merece por derecho un trabajo que lo dignifique como persona, como ser humano, para poder hablar realmente de libertad e independencia. Que la esclavitud se abolió hace mucho tiempo. Que no es una situación justa que muchos sean tan pobres y otros pocos tan ricos. Indudablemente el modelo social es altamente desigual y no debemos resignarnos. No es un estado natural que todos debemos aceptar.

Que el Estado, por ser de todos, nos debe brindar educación, salud y justicia en forma gratuita, porque así lo dice nuestra Constitución y son los gobiernos quienes deben garantizarlo, porque para eso los elegimos en un Estado democrático, representativo y republicano. (Para que todos se den cuenta de que no pueden exigirnos a nosotros, trabajadores de la educación, que garanticemos lo que es deber del gobierno garantizar. ¿O no es eso lo que prometieron cuando fueron elegidos?).

Que se están delegando en la escuela funciones y responsabilidades que otras instituciones (familia, centros de contención y protección de niños y adolescentes, etc.) con sus respectivos agentes (padres, asistentes sociales, psicólogos, etc.) debieran cumplir. Que lo único que se logra es desvirtuar su función, transformándola en un ámbito poco propicio para la labor de enseñar y aprender. Esto afecta fuertemente la calidad educativa, ya que muchas veces nos vemos agobiados resolviendo temas que no hacen a nuestra profesión.

En esta lucha, también nosotros, los docentes, tenemos diversidad de opinión y nos cuesta ponernos de acuerdo. Pero el estar en contacto diario y tener respeto por las opiniones de otros y las decisiones del conjunto es un ejercicio democrático que nos forma día a día como ciudadanos.

Eva Graciela Colipe, DNI 22.139.152

Estela D. Barragán, DNI 17.625.644

M. Alejandra Gentili, DNI 16.692.787

Mariana Roger, DNI 26.218.376 – Roca