Nueva ola de violencia sectaria dejó al menos 107 víctimas fatales en Irak

BAGDAD (AFP) – Los cuerpos de 67 personas se encontraron ayer en diferentes sectores de Bagdad, mientras que al menos 50 personas murieron en una nueva jornada sangrienta en Irak, donde el gobierno asiste impotente a una escalada sin fin aparente de la violencia confesional y los atentados rebeldes.

Entre las víctimas mortales figura el hermano del fiscal en el juicio contra el ex dictador Saddam Hussein por genocidio de la población kurda. Imad Al Farun, chiíta, fue asesinado en Bagdad por desconocidos, según fuentes oficiales. Hace unas semanas, el cuñado del juez que preside el proceso también resultó muerto en un ataque.

A pesar de los diferentes planes de seguridad de estadounidenses e iraquíes, la violencia continúa provocando decenas de muertos cada día en Irak, donde las tres primeras semanas del mes de ayuno musulmán del ramadán han sido particularmente sangrientas. Anoche, tras la interrupción del ayuno diario del mes de Ramadán, dos coches bomba estallaron en el barrio de mayoría chiíta Ur, en Bagdad, dejando 20 muertos.

Unas horas antes, en Sauira, a 60 km al sureste de la capital, un coche bomba estacionado frente a una entidad bancaria mató a 15 personas e hirió a 35. Otras 15 personas perdieron la vida en varios ataques al norte de Bagdad.

La policía anunció por la noche el descubrimiento de 67 cuerpos en Bagdad, 44 en el oeste de la capital, mayoritariamente sunnita, y el resto en el este, de mayoría chiíta. Estos macabros descubrimientos tienen lugar después de un ola de violencia en Balad, a 75 kilómetros al norte de Bagdad, donde secuestros de chiítas y las represalias contra los sunnitas provocaron 80 muertos y desaparecidos el fin de semana.


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