Nuevas variantes para la oferta por deuda

BUENOS AIRES (ABA).- El Ministerio de Economía de la Nación comenzó a estudiar juntos con enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI) tres variantes para mejorar su propuesta de reestructuración de la deuda, las cuales, como punto esencial, parten de una quita inicial del 75 por ciento, pero contienen aspectos que promueven finalmente un mayor recupero de la inversión para los tenedores de bonos.

Según confió a «Río Negro» una importante fuente del Gobierno nacional, «la decisión de una quita nominal del 75 por ciento ya fue adoptada y no podemos dar marcha atrás porque tendría un enorme costo político».

«Por eso, lo que estamos trabajando ahora es generar determinadas alternativas que contemplando una quita inicial del 75 por ciento, permita en el transcurso de un período no muy largo una recuperación mayor de la inversión para los acreedores», subrayó un funcionario del Ministerio de Economía.

Si bien las ideas están en sus etapas embrionarias, el objetivo es que los tenedores originales de bonos que se encuentran el default finalmente tengan una recuperación del 40 por ciento aproximada de su inversión.

Las tres alternativas del menú que se están barajando son las siguientes.

• Bono Crecimiento con mejoras. Contempla la emisión de un bono que evolucione según el PBI de la Argentina, con uno por ciento sobre tasa libor, más un rendimiento adicional que en este momento se está analizando.

• Bono con plazo más corto y mejora de tasas. La alternativa es establecer un mix para emitir uno o más títulos que puedan tener condiciones más favorables para los acreedores, con acortamiento de plazos y aumento de tasas de interés, con el objetivo de una recuperación que rondaría entre el 40 por ciento o algo más.

• Reconocimiento de intereses caídos. Se reconocería un parte sustancial de los intereses que no se pagaron desde que se decretó el default del país, a fines de diciembre del 2001.

En forma paralela, un funcionario del equipo económico también subrayó que en las negociaciones que se están iniciando con el organismo multilateral, se hará un estricto repaso de las metas cualitativas.

En principio se supo que el FMI le exige al Gobierno que presente en abril un proyecto consensuado de Coparticipación Federal de Impuestos, para que pueda ser sancionado por las respectivas gobernacione antes del último trimestre del año.

Un segundo aspecto cualitativo que se admite en Economía es la exigencia de los técnicos del Fondo para que el Gobierno lleve adelante una nueva reforma impositiva.

Todas estas alternativas son por lo tanto los aspectos centrales en este proceso crucial de negociación para la aprobación de las metas comprometidas en el acuerdo que se suscribió con la Argentina.

Esa aprobación es el punto neurálgico que enfrente e presidente Néstor Kirchner en este momento, porque si el FMI no da el visto bueno a este segunda revisión del acuerdo, el Gobierno deberá enfrentar con sus propias reservas en marzo un vencimiento de deuda que tiene con ese organismo por 3.100 millones de dólares.

El presidente Kirchner, que en los últimos días ha enviado duros mensajes contra los organismos multilaterales, ya ha dicho que no se pagará con reservas ese vencimiento si el FMI no aprueba la revisión del acuerdo.

Sin embargo, la presión que ha ejercido en los últimos días el Fondo Monetario ha tenido un efecto directo.

En una reunión realizada el lunes 9 de febrero en Miami, la cúpula del organismo le exigió al ministro de Economía, Roberto Lavagna, que Argentina debía darle más rapidez a las negociaciones de la deuda. La presión surtió efecto. Un día después el Gobierno designó al sindicato de tres bancos que se encargarán de trabajar en el tema de la deuda .

Paralelamente, el presidente ordenó que se debía establecer un aumento de las tarifas de electricidad y gas para los grandes usuarios, un punto que también reclama el organismo multilateral.

Con esto, el Ministerio de Economía espera al FMI con «algunos deberes hechos» y de esa forma acelerar la aprobación tan ansiada. Sin embargo, todo este juego de presiones empezó a generar disputas internas dentro del Gobierno.

En los últimos días se comentó con insistencia un supuesto distanciamiento entre Kirchner y Lavagna e incluso se afirmó que el presidente decidió darle más participación al titular del Banco Central, Alfonso Prat Gay en las negociaciones. También se habló de eventuales renuncias y se asegura que es incierto el futuro del actual secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen. Incluso se mencionaron nombres en su reemplazo, entre ellos, el de Pedro Lacoste, vicepresidente del Central y de confianza de Lavagna.

Nota asociada: Tensión con los acreedores: Bonistas amenazan con más embargos y Kirchner retruca  

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