Nueve bebés muertos y arrojados al mar
Unos 15 africanos, varios de ellos niños, fallecieron tratando de llegar a España. El caso actualiza el drama de la inmigración en un continente cada vez más hostil a ellos.
La tragedia de la inmigración ilegal golpea a España cada verano. El mar y una travesía peligrosa y desesperada se cobraron esta vez la vida de 15 africanos, nueve de ellos bebés y niños de entre uno y cuatro años. Los equipos de rescate no llegaron a tiempo: durante los días que estuvieron a la deriva, los supervivientes habían tirado los cuerpos al mar. «¿Dónde está mi hijo?», gritó una de las mujeres al llegar a tierra. «Venían muy mal. Algunas mujeres no se sostenían en pie. Otras comenzaban a darse cuenta de que sus bebés no estaban», explicó el coordinador de Cruz Roja Francisco Vicente. Las madres tuvieron que ser atendidas por equipos de psicólogos.
El drama lo narraron el resto de los 33 subsaharianos, procedentes de Nigeria, Gambia, Kenia, Camerún y Senegal, a los que la embarcación de Salvamento Marítimo logró rescatar el miércoles por la noche, después de que la Guardia Civil, gracias a la información de los tripulantes de un velero, hubiese avistado la patera sin rumbo a 30 millas de la costa de Almería, en el sur.
Sin comer ni beber, estuvieron varias jornadas a la deriva tras estropearse el único motor de la zódiac de seis metros de eslora con la que partieron siete días atrás del puerto marroquí de Alhucemas, en el norte de África.
Se vieron inmersos en un temporal de fuertes vientos y olas de cuatro metros y en ese tiempo murieron 14 personas, los primeros los niños, y los demás ocupantes fueron arrojando sus cadáveres al mar. La última víctima mortal, una mujer, falleció durante el traslado a puerto.
Es un «drama terrible y casi insoportable», manifestó el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que instó a los países ricos a incrementar la ayuda al desarrollo para luchar contra la pobreza en los países de origen de la inmigración. «Hay personas que han perdido a sus hijos en la travesía», corroboraba, consternado, el delegado del gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón.
Voluntarios y policías tuvieron que cargar en brazos a los supervivientes cuando la embarcación de rescate llegó al puerto de Almería anoche. Estaban en «muy mal estado»,
no se tenían en pie, explicó el coordinador de Cruz Roja. «No entiendo cómo han aguantado».
De los 33 supervivientes, 19 son hombres y 13 son mujeres. De tres de ellas embarazadas, una perdió al bebé que esperaba. Sólo un niño, de menos de 12 meses, logró superar la travesía. A su llegada tuvo que ser ingresado en cuidados intensivos con quemaduras, fiebre y problemas respiratorios. Junto a él, otras seis personas fueron hospitalizadas.
Ésta es la segunda tragedia en una semana frente a las costas del sur de España. El lunes murieron ahogados 14 africanos al volcar su embarcación a unas 60 millas de la localidad costera de Motril.
Dos de los supervivientes, nigerianos, se quedarán en España «por motivos humanitarios», según decidieron las autoridades: se trata de una mujer en avanzado estado de gestación y de un hombre que perdió a su mujer, a su hermano y a un hijo de casi dos años. El delegado del gobierno en Andalucía dejó entrever una solución similar para otros supervivientes de la patera: «Con carácter general, quien entra en España ilegalmente tiene que ser devuelto a su país», pero «cuando hay una situación excepcional, puede haber tratamientos excepcionales», dijo López Garzón
Con el buen tiempo se incrementa el número de embarcaciones que parten de África con inmigrantes que tratan de entrar ilegalmente en España . Ya son 69 los inmigrantes muertos este año al intentar alcanzar España por mar. En el 2007 y según la ong Pro Derechos Humanos de Andalucía, los muertos fueron 921.
Ayer mismo se supo que el 40% de los españoles es favorable a tipificar la inmigración ilegal como delito, según el Real Instituto Elcano.
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