Nueve chivos les costó un reclamo por tierras

Los hermanos Leiva llegaron desde Huinganco para entrevistarse con el subsecretario de Tierras de la provincia. Piden que les garanticen los campos de veranada para sus animales.

DE NEUQUÉN A HUINGANCO

NEUQUÉN (AN).- El equivalente a nueve de sus chivos fue lo que tuvieron que gastar los hermanos Jorge Antonio y José Audorindo Leiva para venir a Neuquén desde su Huinganco natal. Y no lo hicieron por placer, sino para reclamar en esta ciudad que les garanticen el campo de veranada que necesitan para que sus animales no mueran a manos del frío y la nieve.

Les tomó dos días llegar a esta ciudad, capital a la que el hermano mayor Jorge no venía desde 1991. Se decidieron a emprender el viaje ante la falta de respuesta que aseguran tienen en la delegación de Tierras de Chos Malal, un edificio al que fueron decenas de veces a pesar de que también les queda a 80 kilómetros de su campo de Rahueco.

Los Leiva son crianceros del norte neuquino y cuentan que si bien tienen un permiso de ocupación de su campo de invernada, no existe ningún papel que les garantice que en septiembre cuando comience el deshielo seguirán teniendo un campo de veranada.

“Esto no nos pasa a nosotros nomás, de los 1500 crianceros que somos en el norte casi ninguno tenemos papeles de los campos de veranada que son los que necesitamos para que no se mueran los chivos en la época de parición”, explicó José.

Los Leiva tienen la cara curtida por el sol del campo y las manos callosas de años de trabajo. Llegaron vestidos con sus mejores ropas y sus sombreros más elegantes pero contaron que en esta ciudad se rieron de ellos por vestir lo que en su zona es el atuendo habitual.

Hablan pausado y no suben el tono de voz, aunque se nota en los pliegues de sus tonos el amor que tienen por sus animales: “no queremos perder por culpa de un pícaro los animales que el frío no nos arrebata”.

El campo de veranada que esperan les sea garantizado es el mismo que utilizan desde hace 15 años para llevar a sus 600 chivas, sus 30 vacas y sus 16 caballos.

La travesía a la capital provincial parece haberles dado al menos una promesa para volver con esperanza a su paraíso del norte neuquino. Es que a diferencia del sello de recibido que es lo que encontraban en la oficina de Chos Malal, aquí los recibió el subsecretario de Tierras, Eduardo Ferraresso, y les prometió que en la primavera se revisará el lugar que están peleando para la veranada.

Los Leiva contaron su historia para que quede una constancia escrita, ya que si bien emprendieron el viaje de regreso esperanzados, saben que no todos los hombres respetan tanto como ellos la palabra empeñada.

Victoria Terzaghi

victoriat@rionegro.com.ar


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