Nuevos choques en la frontera entre Tailandia y Camboya
Los tiroteos entre fuerzas de ambos países comenzaron el viernes y dejaron el trágico saldo de seis muertos. La ONU manifestó su preocupación y llamó a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a la moderación a Camboya y Tailandia luego de producirse un nuevo tiroteo entre fuerzas de ambos países este lunes en la frontera común .
El primer ministro camboyano, Hun Sen, afirmó que los combates habían comenzado de nuevo el lunes en la mañana por cuarto día consecutivo cuando los tailandeses trataban de recuperar heridos por los duelos de artillería de la víspera.
Hun Sen precisó que uno de sus soldados resultó muerto el domingo, haciendo llegar a seis el número de víctimas fatales desde que comenzaron los enfrentamientos: un civil de cada lado, un soldado tailandés y tres camboyanos.
Una fuente militar tailandesa restó importancia a este nuevo incidentes, afirmando que se trataba de un breve tiroteo con armas ligeras, provocado por un «malentendido», que habría durado dos minutos.
Los dos vecinos se enfrentan desde el viernes en una zona fronteriza en litigio donde se sitúan el templo de Preah Vihear, que data del siglo XI. Cada cual acusa al otro de «agresión» y afirma no haber hecho más que defender su «soberanía».
En varios sectores la frontera entre ambos países no ha sido delimitada, lo que alimenta los diferendos y provoca incidentes armados que ya dejaron varios muertos en 2008 y 2009.
Para los analistas, los dos países se sirven del diferendo territorial para satisfacer sus respectivos nacionalistas. Pero la causa de los enfrentamientos, de parte de militares descritos como muy allegados entre ellos y más tranquilos que los políticos, sigue siendo desconocida.
Camboya llamó a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para pedir que cese «la agresión» tailandesa.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, manifestó su «profunda inquietud» y llamó a ambas partes «a organizar un arreglo para el cese de las hostilidades y para ejercer un máximo de moderación».
Al igual que China, que hizo un llamamiento para «impedir que la situación se agrave».
El ministro indonesio de Relaciones Exteriores, cuyo país preside la Asociación de Naciones del Sureste de Asiático (ASEAN), se encontraba el lunes en Phnom Penh para reunirse con su homólogo. Bangkok juzgó «inútil» la intervención del bloque regional.
El templo jémer, clasificado en 2008 como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que provocó la cólera de los nacionalistas tailandeses, pertenece a Camboya, según una decisión de la Corte internacional de justicia de 1962.
Pero los tailandeses controlan los principales accesos a las ruinas y numerosos sectores no han sido delimitados, en particular una zona de 4,6 km2 más abajo del edificio.
Phnom Penh acusó a la artillería tailandesa de haber apuntado contra el templo, provocando el derrumbe de una de sus alas.
«No disparamos (contra el templo), replicamos contra la zona donde están las bases militares», replicó el ministro tailandés de la Defensa, Prawit Wongsuwan, en declaraciones a la AFP.
Miles de personas de ambos lados debieron huir. Según el gobernador de la provincia tailandesa de Si Sa Ket, unas 15.000 personas pasaron la noche en refugios temporales y 23 escuelas permanecerán cerradas hasta el miércoles.
Agencia AFP
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