Nunca con todo

Desde su cuna, peronismo es sinónimo de fuerza gremial.

Pero esta constante que testimonia la historia no corre tanto para el justicialismo rionegrino.

Este débito está determinado por las características que definen al desarrollo económico de la provincia.

Vertebrado alrededor de actividades primarias y un sector de servicios vinculado fundamentalmente con el Estado, ese desarrollo generó por décadas expectativas y logros de movilidad social sustentados en un pensamiento no necesariamente afín con el peronismo.

Y aunque peronistas en su mayoría, en general las conducciones gremiales de la provincia siempre dosificaron su protagonismo en favor del justicialismo. Todo en función de favorecer términos de negociación.

El caso más evidente es el de UPCN, que lidera el peronista Juan Carlos Scalesi.

Con más de 13.000 afiliados y sucesivos timoneles justicialistas, el gobierno radical logró a lo largo de casi toda la transición mantenerla más de su lado que situada en la vereda justicialista.

Así, de cara a los sindicatos provinciales, el peronismo rionegrino se debatió siempre entre dos alternativas:

Una: incidir en forma uniforme a lo largo del tiempo en algunos gremios, el del Hielo, por caso.

Dos: dejar librada esa posibilidad a la naturaleza que adquiera la coyuntura. Un balanceo del cual ahora el peronismo quiere divorciarse definitivamente.

Nota asociada: El PJ y las 62 sellan compromisos  

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Desde su cuna, peronismo es sinónimo de fuerza gremial.

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