«Nunca me voy a sacar la música de encima»

El guitarrista Baltasar Comotto integra Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Ahora estará en Bariloche, Cipolletti, Roca y Neuquén con su disco solista, "Rojo"

Baltasar Comotto en guitarra y voz, y los Dragones Albinos (Johnny Monty en bajo y el baterista Ramiro Naguill) andan presentando en la región, «Rojo», primer disco solista de este fenomenal violero con un sonido que va del soul al funk y rock, con melodías de innegable calidad lírica. El compacto, grabado en ION con la participación de Hernán y Juan Pablo Jacinto, Patán Vidal, Ezequiel Kronemberg y Nico Cota, entre otros, contiene diez temas donde destellan «Las horas azules»,»Arsenal», «Caer» y «Milestones», homenaje a Miles Davis. La gira por la región comienza hoy, a las 23 en The Roxvury, Bariloche. Y sigue: a la medianoche de mañana tocará en Café Dalí, de Zapala; el miércoles 14 a las 19, será el turno de El Parador Changos y el jueves, a las 23, en el restó bar de Avenida Roca casi Tucumán, ambos en General Roca. El 16, a las 23, subirá al escenario de Volvé Romeo en Cipolletti, para cerrar en La Conrado Centro Cultural de Neuquén el sábado 17.

«La música es para mí una cuestión de? Es un impulso. O sea, nunca me la voy a poder sacar de encima. Siempre fue así, desde que toqué la guitarra por primera vez o a los dieciocho cuando empecé a estudiar. Antes la tocaba como pasatiempo y al iniciar los estudios fui profundizando más y más. Igualmente fue paso por paso, las cosas se dieron con el correr del tiempo y de las experiencias musicales que tuve. Fue como una evolución bastante rápida, de muchas experiencias en un período corto de años. Pero, bueno, nada. En ningún momento me lo planteé como un oficio, si iba a vivir de la música. Lo pensé de chico, pero una vez que comencé a tocar como profesional, ya no me lo cuestioné más.»

Baltasar integra también «Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado» que acompañan al Indio Solari, con quien grabó dos discos y se presentó en Uruguay, Córdoba, La Plata, Tandil, y San Luis ante más de 40.000 personas. Ha colaborado con Luis Alberto Spinetta en su último compacto «Un Mañana», y en la presentación de «Para los árboles» con giras por toda Argentina

También tocó con Javier Malosetti en «Niño», y con Andrés Calamaro, Lito Vitale, Luis Salinas, Gillespi, Emmanuel Horvilleur, Guillermo Vadalá, Dante, Emme, David Lebón, Chango Spasiuk, Pedro Aznar, los músicos de James Brown y Maceo Parker, Hugo Fattoruso, Carlos Francetti, Mono Fontana, Rafa Arcaute, Deborah Dixon…

«Para mí, tocar con cada uno de ellos fue un reto, un orgullo de que esas personas me convocaran para su música, básicamente. Eso requiere mucho esfuerzo, aprenderme los temas, ensayar? Es parte del aprendizaje de la carrera, de este oficio que es lo que más me gusta hacer.

-Trabajando para otros, debés responder al estilo de otros. Ahora estás trabajando el tuyo, tu propio lenguaje; vos elegís los temas, enfrentás directamente al público.

-Sí, es algo que hago en simultáneo con otros proyectos. Por suerte vamos a tocar ahora, comenzando por Bariloche, con el trío que formamos hace un tiempo con Los Dragones. Tenemos la posibilidad de hacer esta gira para mostrar la música que ya presentamos en Córdoba, Santa Fe, Rosario, Formosa, Resistencia y Corrientes, ciudades donde llevamos «Rojo», con una respuesta muy buena. La gente se copa mucho y eso estimula para seguir con un segundo disco y un tercero también. Comotto tocó por vez primera en vivo en El Viejo Imaginario, en el 95, con el trío Mutrones. En octubre del 2000 participó junto con Patán Vidal en piano, en el Festival Internacional de Jazz Los Siete Lagos, en San Martín de Los Andes y Bariloche, acompañado por Miguel Zabaleta en voz, el baterista Oscar Giunta, Guillermo Delgado en contrabajo y el bajo de Fabián Silberman. «Ahora, no me pongo a pensar mucho en lo que opina la gente de mí. Lo que más me importa es estar tranquilo, que lo que estoy haciendo está bueno. No es que no me gusta que me digan cómo sueno, escucho todo tipo de opiniones, pero tampoco les doy una importancia demasiado grande. Si la gente lo recibe bien, buenísimo, y si no le gusta, escuchará otra música, buscará otros artistas, otros grupos. No me preocupa mucho.»

-Musicalmente, hay alguna cosa que te preocupa?

-Ninguna (suelta una carcajada). Soy un agradecido de la música. (Siguen las risas). Te tengo que decir la verdad. Estoy disfrutando este momento que vivo, único en mi vida.

-Me refería a componer nuevos temas, a no repetirte?

-Bueno, claro, ésas son inquietudes que siempre tengo y van a estar hasta el día que no esté más en la tierra. Es una evolución y nunca para, es constante, día a día. Sí sé qué cuestiones en el próximo disco serán diferentes a «Rojo». Todo se va transformando con el tiempo y con las experiencias. La música es un refugio, por suerte, ante todas las cosas malas que están ocurriendo en este mundo injusto. La utilizo como tal y me protege. Lo veo desde ese lado. Tampoco puedo ponerme a llorar porque si no me tengo que cortar las venas mañana, con lo que está sucediendo Soy consciente de ello, pero no permito que eso tan fuerte y tan denso, me tire para atrás, me impida hacer o refleje en mi música cuestiones que ya todo el mundo sabe que están y son. La música es un lugar donde me puedo defender en mi forma y mostrar lo que hago sin herir a nadie.

-¿Qué ves en ella aún por trabajar, por recorrer?

-Y falta mucho? Falta vida, todavía. Muchos años de música y más discos. Este primero que he sacado es un primer paso para el siguiente que va a ser una evolución y, por supuesto será mejor que el primero. Eso lo tengo claro. Siempre busco algo mejor que lo que hice.


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