Obama trata de reavivar la paz en misión en Medio Oriente

Ben Laden lo acusó de seguir los pasos de George Bush

RIAD. – El presidente estadounidense Barack Obama inició ayer en Arabia Saudita su primera misión a Medio Oriente, con el propósito de obtener el apoyo de los países árabes para lograr la paz entre palestinos e israelíes y tender la mano a los musulmanes, lo que preocupa a su aliado Israel.

El momento más esperado de esta misión de paz será el discurso que Obama tiene previsto pronunciar mañana en El Cairo, segunda y última etapa de esta visita. «Es mi primera visita a Arabia Saudita, pero he tenido varias conversaciones con su majestad», declaró Obama a propósito del rey Abdalá. El presidente estadounidense se dijo «convencido de que trabajando juntos» pueden «lograr avances en todas las cuestiones de interés común».

El rey Abdalá condecoró a Obama con una alta distinción saudita, y rindió homenaje al presidente estadounidense. «Yo también quiero expresarle mis mejores deseos al pueblo hermano estadounidense, representado por este hombre distinguido que merece estar en el lugar en que se encuentra», declaró el rey.

El mundo árabe espera de Washington garantías de firmeza frente al gobierno del primer ministro israelí, el derechista Benjamin Netanyahu, que se niega a aceptar un Estado palestino y a congelar la colonización en la Cisjordania ocupada.

El rey Abdalá es el impulsor de una Iniciativa de Paz Árabe, adoptada en 2002, que prevé normalizar las relaciones entre los árabes e Israel, a cambio de una retirada total del Estado hebreo de los territorios árabes ocupados en 1967. Estadounidenses y sauditas trabajan también en la elaboración de una estrategia frente a Irán, el rival regional chiíta de la Arabia sunnita, sospechoso de dotarse de armas nucleares.

Poco antes de la llegada de Obama a Riad, quien le dio la bienvenida en una grabación sonora fue el jefe de la red Al Qaeda, Osama ben Laden, que lo acusó de «seguir la misma política de hostilidad» hacia los musulmanes que Bush. «Obama sigue los pasos de su predecesor en su política de hostilidad hacia los musulmanes (…) y así sienta las bases a guerras de largo alcance», declaró Ben Laden.

La interpretación de los mensajes del líder de la red terrorista al Qaida, Bin Laden, y de su «segundo», Aiman al Zawahiri, difiere según los expertos. Los más pesimistas los consideran prueba de que los radicales continuarán su lucha «contra cruzados e infieles» independientemente de quién esté en el poder en Occidente. Los optimistas, por el contrario, ven en las amenazas terroristas una prueba de que la cúpula de Al Qaeda teme que su prédica pierda vigor ante un sonriente Obama que visita el mundo árabe ofreciendo a los musulmanes «respeto».


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