Obispos patagónicos se pronunciaron sobre la megaminería

VIEDMA.- Los obispos patagónicos criticaron la política minera, reclamaron un “diálogo abierto y federal” y señalaron que la megaminería se mantiene impune pese a ser rechazada por amplios sectores sociales. “Deploramos lo que acontece en otras regiones del país donde se reprime la protesta pacífica quedando divididas las sociedades de cada lugar, mientras la actividad minera cuestionada se mantiene impune o se analiza muy superficialmente”, indicaron los prelados de la región en un comunicado. El documento de los obispos fue redactado como parte del VII Encuentro de Áreas Pastorales de la Región Patagonia-Comahue, con el tema “Iglesia y Cuidado de la Naturaleza” y está firmado por representantes de las diócesis de Comodoro Rivadavia, Neuquén, Esquel, Río Gallegos, San Carlos de Bariloche y Viedma. Por primera vez desde que comenzaron las protestas contra la megaminería, irrumpió durante el fin se semana largo la voz de la Iglesia Católica. Fue a través de un severo documento de los obispos de la Patagonia, encabezados por el obispo de Neuquén y vicepresidente primero del Episcopado, Virginio Bressanelli. La iglesia propicia “un diálogo abierto y federal, un ámbito jurídico que ponga límites en temas tan controvertidos y el compromiso de garantizar que los pueblos y zonas cercanas a los emprendimientos mineros puedan mantener: su forma de vida, sus trabajos, sus costumbres productivas, su agua, sus cerros, sus bosque”. Los obispos también reclamaron voluntad política para que haya “un efectivo control social” sobre la actividad y el respeto a la legislación argentina e internacional que “proteja los derechos y el territorio de los pueblos originarios”. Algunos de los puntos salientes del documento son los siguientes: “Expresamos nuestra comunión con los hermanos y hermanas que manifiestan su preocupación de distintas maneras: presentaciones judiciales, participación en marchas, adhesión en manifestaciones, súplicas y oraciones”. “Deploramos lo que acontece en otras regiones del país donde se reprime la protesta pacifica quedando divididas las sociedades de cada lugar, mientras la actividad minera cuestionada se mantiene Impune o se analiza muy superficialmente”. ”Proponemos un diálogo abierto y federal; un ámbito jurídico que ponga límites en temas tan controvertidos; el compromiso de garantizar que los pueblos y zonas cercanas a los emprendimientos mineros puedan mantener: su forma de vida, sus trabajos, sus costumbres productivas, su agua, sus cerros, sus bosques”. (Clarín y ADN)


VIEDMA.- Los obispos patagónicos criticaron la política minera, reclamaron un “diálogo abierto y federal” y señalaron que la megaminería se mantiene impune pese a ser rechazada por amplios sectores sociales. “Deploramos lo que acontece en otras regiones del país donde se reprime la protesta pacífica quedando divididas las sociedades de cada lugar, mientras la actividad minera cuestionada se mantiene impune o se analiza muy superficialmente”, indicaron los prelados de la región en un comunicado. El documento de los obispos fue redactado como parte del VII Encuentro de Áreas Pastorales de la Región Patagonia-Comahue, con el tema “Iglesia y Cuidado de la Naturaleza” y está firmado por representantes de las diócesis de Comodoro Rivadavia, Neuquén, Esquel, Río Gallegos, San Carlos de Bariloche y Viedma. Por primera vez desde que comenzaron las protestas contra la megaminería, irrumpió durante el fin se semana largo la voz de la Iglesia Católica. Fue a través de un severo documento de los obispos de la Patagonia, encabezados por el obispo de Neuquén y vicepresidente primero del Episcopado, Virginio Bressanelli. La iglesia propicia “un diálogo abierto y federal, un ámbito jurídico que ponga límites en temas tan controvertidos y el compromiso de garantizar que los pueblos y zonas cercanas a los emprendimientos mineros puedan mantener: su forma de vida, sus trabajos, sus costumbres productivas, su agua, sus cerros, sus bosque”. Los obispos también reclamaron voluntad política para que haya “un efectivo control social” sobre la actividad y el respeto a la legislación argentina e internacional que “proteja los derechos y el territorio de los pueblos originarios”. Algunos de los puntos salientes del documento son los siguientes: “Expresamos nuestra comunión con los hermanos y hermanas que manifiestan su preocupación de distintas maneras: presentaciones judiciales, participación en marchas, adhesión en manifestaciones, súplicas y oraciones”. “Deploramos lo que acontece en otras regiones del país donde se reprime la protesta pacifica quedando divididas las sociedades de cada lugar, mientras la actividad minera cuestionada se mantiene Impune o se analiza muy superficialmente”. ”Proponemos un diálogo abierto y federal; un ámbito jurídico que ponga límites en temas tan controvertidos; el compromiso de garantizar que los pueblos y zonas cercanas a los emprendimientos mineros puedan mantener: su forma de vida, sus trabajos, sus costumbres productivas, su agua, sus cerros, sus bosques”. (Clarín y ADN)

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