Ocho «fans» murieron por una avalancha en un recital de Pearl Jam

Copenhague (Télam-SNI).- Al menos ocho personas murieron aplastadas y varias resultaron heridas de gravedad en un concierto de rock del grupo estadounidense Pearl Jam en Dinamarca, en el marco del festival anual de rock de Roskilde, cerca de Copenhague, informó hoy la prensa danesa.

La agencia de noticias danesa Ritzau atribuyó a testigos la información de que las muertes ocurrieron anoche cuando unas 15 personas que estaban situadas cerca del escenario fueron empujadas contra una barrera por la muchedumbre.

La dirección del célebre festival de verano en Roskilde informó que la tragedia ocurrió cuando parte de los cerca de 50.000 espectadores que presenciaban el show se avalanzó hacia la zona del escenario y comenzó a presionar sobre los que estaban allí, desatando escenas de pánico.

El periódico Jyllands-Posten informó que la policía en Roskilde, a unos 35 kilómetros al oeste de Copenhague, dijo que las ocho personas murieron al ser aplastadas cuando la multitud comenzó a moverse en forma incontrolable.

Otras tres personas resultaron heridas de gravedad, según el diario danés, mientras que la radioemisora nacional danesa DR1 indicó que entre 10 y 15 personas resultaron heridas y fueron transportadas en ambulancias a hospitales del área.

El cantante del grupo, Eddie Veder, suspendió de inmediato el concierto y llamó a los espectadores a través de los parlantes a volver a la calma.

La banda estadounidense Pearl Jam era uno de los principales atractivos de la trigésima edición del mayor festival europeo de rock, que se realiza en la ciudad ubicada 30 kilómetros al oeste de Copenhague y con una asistencia calculada en 74.000 personas. El otro recital programado para ese escenario, del grupo británico The Cure, fue cancelado pero los conciertos que se realizaban en otros seis lugares continuaron sin interrupciones.

Además, los organizadores decidieron que este sábado y domingo el festival continúe según el programa original.

El director del evento, Leif Skov, manifestó al respecto que «se debe analizar cómo podría reaccionar el público si suspendiéramos el festival» y descartó de plano que esta decisión esté relacionada con un menor respeto a las víctimas o con cuestiones económicas.