Ofensiva en profundidad, Por Héctor Muriño 14-12-03

Sobisch acaba de asumir su tercer período y ha dejado claro desde un comienzo que no se andará con vueltas para usar todo su poder. Esto ha quedado particularmente claro en el caso emblemático de la vicepresidencia segunda de la Legislatura, un puesto que más allá de su implicancia formal en la línea de sucesión no representa mayor poder en la práctica, pero que el gobernador ha preferido conservar para su partido dejando de lado la tradición que indica que el cargo debe entregarse a la oposición.

En realidad, esta actitud intolerante no es nueva en el gobernador, quien siempre parece haber sentido, a despecho de la división de poderes y de la convivencia pluralista, que el poder es uno solo y pertenece al que gana.

Lo que resulta más novedoso en todo caso es que al oficialismo ya no le alcanza con esta forma de ver las cosas, sino que ahora experimenta la aparente necesidad de dar testimonio público de ello. Así, ha optado por propinarle un desplante gratuito a la oposición, pudiendo ahorrárselo sin mayores riesgos para sus propósitos hegemónicos.

«Bueno, pero eso es lo que votó la gente (…) es la democracia… la democracia votó al MPN, naturalmente el MPN tiene más legisladores, más los partidos que lo apoyan, pero es lo que votó la gente». Así resumió Sobisch este punto de vista cuando se le preguntó si el oficialismo se reservaba la última palabra.

Es que, en alguna medida, el sobischismo arriba a esta gestión con aires de revancha. Durante los últimos cuatro años, en que careció de mayoría en la Cámara, se vio impedido de concretar buena parte de sus proyectos más polémicos, como el recorte del empleo público; las reformas de la educación y de la Constitución, la designación de jueces amigos en el Tribunal Superior, y el faraónico proyecto Chihuido II. En ese contexto, optó por «fondear» la actividad legislativa restándole presencia y embarcándose en una campaña de desprestigio de los diputados.

Ahora, el mensaje que el oficialismo parece haber querido llevar a la oposición desde el primer día es bien distinto: algo así como «aquello se acabó y ahora van a saber quién manda».

No obstante, esta actitud se ha visto matizada por la sorpresiva decisión de convocar «a todos los sectores, incluidos los gremios estatales», a una mesa de diálogo cuyo temario aún no está claro pero incluiría el tema del presupuesto 2004 y la mentada reforma de la Constitución.

Esta reforma, a la que según adelantó el gobernador estarán sujetos «todos los artículos» de la carta magna provincial, es tal vez el más controvertido entre los proyectos oficiales que comienzan a despuntar.

Precisamente, la pretensión fue tomada con gran recelo por la oposición. La mayoría de los bloques percibe a la Constitución del '57 como una norma con valioso contenido social a la que Sobisch quiere introducir el pensamiento que campeó en el país en la última década y culminó en una verdadera catástrofe social y económica.

Muchos sospechan también que Sobisch se propone refundar la provincia sobre la base de una normativa hecha a la medida de sus necesidades políticas.

Claro que a pesar de las prevenciones todos se dan cuenta de que no alcanzará con oponerse, ya que el oficialismo y sus aliados están a sólo un voto de los dos tercios necesarios para llevar adelante el proyecto sin el concurso de la oposición.

El diputado justicialista Romero piensa que lo mejor sería tratar de acordar un proyecto con el MPN antes de que éste imponga su voluntad en todos los términos. Aprecia que una elección de convencionales, por sus especiales características, podría no resultar tan favorable al oficialismo. De manera que no oponerse abiertamente e impulsar el debate, no sólo permitiría obtener un proyecto de reforma más potable sino que acaso ofrecería la oportunidad de recortar, siquiera mínimamente, el enorme poder que tiene hoy Sobisch.

Pero en otro sector del PJ y entre los diputados del ARI-Encuentro Neuquino la postura sobre la reforma es más intransigente, a riesgo de quedarse en una actitud testimonial, porque el MPN puede salirse con la suya a pesar de todo.

Algo parecido ocurre con la mesa de diálogo lanzada por el gobierno. En la oposición se da por sentado que esta jugada es una suerte de «coartada» para mostrarse permeable ante la opinión pública. Pero no es fácil encontrar los argumentos para rechazar el diálogo con un gobierno que tiene sólo una semana. Eso, sin contar que quienes se excluyan luego no podrán argumentar que no se los consultó.

En otro de los frentes donde se aprecia la ofensiva en profundidad del nuevo gobierno es en la municipalidad de Neuquén. En su discurso, Sobisch se apropió de todos y cada uno de los proyectos de Quiroga. Más aún, haciendo gala de pocas contemplaciones con la autonomía municipal, se presentó en el Concejo con su propia barra para aguarle el festejo al intendente. Ahora último, el MPN hizo saber que hará valer su número en el Concejo para copar la mayoría de las comisiones de trabajo.

En su afán por obtener la gobernabilidad y los recursos indispensables para tener éxito en su mayor apuesta, que no es otra que su gestión, Quiroga se ha pegado al gobierno provincial con todas las consecuencias desagradables que ello puede comportar.

Justamente, Sobisch parece haberle tomado el tiempo y no estar dispuesto a hacerle concesiones, no vaya a ser cosa que el astuto radical se le vuelva a disparar como hizo con las elecciones municipales.

Todo lo indica claramente: Sobisch entró pisando fuerte. Tiene con qué hacerlo, después de todo salió reelecto con el 56% de los sufragios. Como ocurrió con Menem en el '95, la gente lo legitimó para seguir adelante con su proyecto. Independientemente de que, como ocurrió antes con el riojano, ya conocía bien su lado oscuro.

 

Héctor Mauriño

vasco@rionegro.com.ar


Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora