Opinión
Por Santiago Segurola *
Me inclino por Jesse Owens, porque, además de definir una época del deporte, tuvo un impresionante protagonismo ético y político. Fue la primera persona que infligió una derrota a Hitler. Lo hizo en Berlín, nada menos, en 1936, cuando el nazismo entraba en su apogeo. Su victoria sobre el alemán Lutz en el salto de longitud produjo la irritación del fuhrer, que se retiró del palco presidencial. Sólo era un muchacho negro de 21 años, nacido en el profundo sur de los Estados Unidos. Su legado es indeleble. Como atleta padeció los rigores del amateurismo: sólo pudo competir dos años, pero qué dos años. En 1935 batió cinco récords mundiales en un día. Su récord de longitud permaneció imbatible durante 25 años. *Jefe de Deportes del diario El País (España)
Nota asociada: Diego, el elegido de los especialistas
Me inclino por Jesse Owens, porque, además de definir una época del deporte, tuvo un impresionante protagonismo ético y político. Fue la primera persona que infligió una derrota a Hitler. Lo hizo en Berlín, nada menos, en 1936, cuando el nazismo entraba en su apogeo. Su victoria sobre el alemán Lutz en el salto de longitud produjo la irritación del fuhrer, que se retiró del palco presidencial. Sólo era un muchacho negro de 21 años, nacido en el profundo sur de los Estados Unidos. Su legado es indeleble. Como atleta padeció los rigores del amateurismo: sólo pudo competir dos años, pero qué dos años. En 1935 batió cinco récords mundiales en un día. Su récord de longitud permaneció imbatible durante 25 años. *Jefe de Deportes del diario El País (España)
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