Opinión publicada

* Carlos Pagni da, en La Nación, claves para entender “el método Bergoglio para gobernar”. Define las tres obsesiones que tenía el ahora papa en Buenos Aires: la pobreza, la educación y el diálogo interreligioso. Señala que sus amigos “lo definen como un estratega que nada lo dice por decir y nada lo hace por hacer. En el clero porteño reconocen que otorga grandes márgenes de libertad. Pero no tolera la ambigüedad. (…) Francisco vive atento a la política civil. Pero su herramienta de poder preferida es la organización sindical. En esa predilección se filtran los reflejos corporativos del viejo catolicismo, reforzados por la refracción del “pensamiento nacional” a la “partidocracia”. Y concluye: “Más allá de la agenda y del estilo, Bergoglio elaboró una dialéctica como criterio general. Consta de cuatro axiomas. El todo es más que la suma de las partes.

La unidad puede siempre sobre el conflicto. La realidad es más determinante que las ideas o, si se quiere, los relatos. Y el tiempo prevalece sobre el espacio”. Para leer el artículo completo, hacé clic.

* Daniel Fernández Canedo describe en Clarín las turbulencias del dólar. Frente a la trepada y las ansiedades, dice que “la apuesta oficial para mejorar tiene un solo objetivo: esperar los dólares de la exportación de soja que comenzarán a ingresar en abril y que le posibilitarían al Banco Central comprar US$ 1.000 millones por mes en el trimestre abril-junio”. Advierte, sin embargo, que “el cóctel de haber pasado de superávit a déficit fiscal, haber emitido pesos a un ritmo superior al 30% anual y retrasar el precio del dólar oficial frente a una inflación que no bajó del 20-25% en los últimos años agudizó los desequilibrios y en el termómetro, el dólar paralelo preanuncia la necesidad de algunas decisiones”. Para leer el artículo completo, hacé clic.