OPINIÓN: Reflexión y cautela

El hombre, suele decirse, es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y algunos periodistas se empeñan en confirmarlo.

Muchos medios desbordaron entusiasmados sus crónicas en estas horas contando que Argentina atacará el sábado ante Colombia con Lionel Messi, el «Kun» Agüero y Carlitos Tevez. Sin embargo, algunos partidos previos ratificaron que la simple acumulación de «bajitos» habilidosos no basta para el buen juego. La inclusión de Juan Sebastián Verón suena acertada para darle pausa y experiencia a tanto vértigo juvenil, aunque resulte paradójico que Argentina deba recurrir otra vez a «la Brujita», un gran jugador, pero al que muchos todavía no perdonan, señalándolo equivocadamente por la decepcionante eliminación en primera rueda del Mundial 2002.

A sus 34 años, Verón, ausente Riquelme, es el elegido por Diego Maradona para reencauzar las chances de clasificación a Sudáfrica. Y aquí volvemos a la prensa. Entonados porque Messi seguramente será consagrado como el mejor futbolista de 2009, algunos medios dan como garantizada la presencia de Argentina en la Copa de 2010. Como si tener al mejor solista significara al fútbol argentino el derecho automático de jugar el Mundial. El propio Messi cayó estos días en la trampa al decir que confía jugar más en Sudáfrica de lo que lo hizo en Alemania 2006, cuando José Pekerman lo envió al banco y él dejaba que todos vieran su gesto niño fastidiado, en medio del furioso reproche de Carlos Bilardo, que comentaba desde Alemania para Canal 13.

¿Sudáfrica 2010? ¿Pero acaso Argentina no está cuarta en la eliminatoria? ¿Y no le queda un fixture más que complicado por delante?: Ecuador en la altura de Quito, Brasil de local, el líder Paraguay en Asunción, Perú en River y, finalmente, de visitante ante Uruguay, justamente el que está quinto y a sólo dos puntos y que llegará a esa última fecha desesperado por los puntos? Por supuesto, nadie quiere la eliminación de Argentina. Y, hay que admitirlo, resulta objetivamente difícil imaginarse a la selección afuera del Mundial. Sería una conmoción para la propia FIFA. No sólo la ausencia de Argentina, sino también la de Messi, jugador estrella del momento.

Pero el panorama no invita a que, una vez más, pequemos de arrogantes. El balance provisorio de esta semana deberá hacerse sólo después del partido ante Ecuador. ¿O nos olvidamos ya de lo que sucedió en la doble fecha pasada? La euforia reinó después del 3-0 ante Venezuela, con el debut oficial de Maradona, el gol de Messi y Sudáfrica a la vista. El inmediato cachetazo del 6-1 de Bolivia en La Paz obligó a revisar todo. ¿Hubo alguna explicación seria sobre por qué se llegó a una derrota tan categórica? ¿Y la hay para saber qué se ha hecho para el juego ante un Ecuador que en su último partido en Quito -más allá del empate uno a uno- le dio un soberano baile a Brasil y así evitar que otra vez la altura nos juegue una mala pasada?

Varias décadas atrás, cuando el fútbol argentino se jactaba de ser el mejor del mundo, aún cuando jamás hubiese ganado una Copa de la FIFA, alguien escribió que «el fútbol es un deporte argentino practicado por primera vez en Inglaterra». Es decir, el fútbol verdadero, no el de los fundadores ingleses, se jugaba en Argentina. La humildad, está claro, no nos caracteriza. Y ya lo sufrimos una vez justamente ante el rival de este sábado, cuando Colombia nos goleó 5-0 en el Monumental y fuimos al repechaje del Mundial 94 sólo por diferencia de gol.

 

EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES


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