Argentina apuntala su cambio en política exterior
EL ARCHIVO*
Cuando el 24 de agosto de 2023, el entonces presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunciaba la adhesión al grupo BRICS, posiblemente no mensuraba que el frente político al cual él pertenecía, Unión por la Patria, perdería las elecciones y eso implica que a sus palabras se las llevara el viento. El resto de la historia es conocida. Javier Milei ganó el balotaje en noviembre, asumió el 10 de diciembre y llevó adelante un programa político extenso que incluye una amplia desregulación de la economía, pero también un fuerte cambio de orientación en la política internacional. Esto finalmente se formalizó cuando al filo de la última semana del 2023 anunció que se enviaron cartas a los presidentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, cuyas iniciales conforman justamente el nombre del grupo BRICS, para comunicar la decisión de no incorporarse, según consignó el medio El Archivo.
El tema había sido parte del debate de la campaña electoral. En este sitio, nos referimos entonces a las posturas de las fuerzas en pugna respecto de la inclusión o no en los BRICS.
El triunfo de Milei entonces generó un cambio de orientación en la política internacional y por ende la no inclusión en este bloque donde se congregan economías denominadas emergentes, aunque el grupo sea liderado por China.
El 1 de enero de 2024 se incorporaron al grupo Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía, como se anunció en su XV Cumbre, celebrada en agosto de 2023 en Johannesburgo, Sudáfrica y en la cual la Argentina también había sido anunciada como nuevo miembro, decisión revocada ahora por el gobierno.
Es decir, Argentina fue el único país invitado a sumarse que finalmente no se unió.
La escueta explicación del presidente Javier Milei se basa en el cambio de impronta en materia de política exterior respecto de la gestión que lo precedió, y que por ello considera no oportuno la incorporación de la Argentina como miembro pleno de los BRICS. El trasfondo de la decisión tiene que ver con la intención del gobierno de unirse a la OCDE, tras un encuentro de la canciller Mondino con el director de Relaciones Globales de la organización, Andreas Schaal.
Sin embargo, no faltaron críticas a esta decisión. Por ejemplo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro que afirmó: “El paso que ha dado Javier Milei desde Argentina es llevar a Argentina al siglo XIX, yo lo vengo diciendo, el proyecto de Milei es un constructo que han hecho para clavarle las garras a Argentina, sacarla del mundo multipolar, convertirla en vasalla del mundo unipolar imperial, y convertirla en una nueva colonia desde América del Sur, destruir el Estado, destruir su economía, destruir su identidad”.
E incluso el excanciller Cafiero se involucró: “Renunciar a los BRICS es romper la tradición integracionista de la Argentina por prejuicios ideológicos y sin beneficio alguno”.
Aunque ambos critican la decisión desde una visión ideológica, está claro que la decisión tomada por Milei es coherente con la línea de política exterior que ha buscado impartir el nuevo gobierno.
Es necesario recordar que, durante la campaña electoral, Javier Milei afirmó: “Nosotros somos defensores de la paz, el libre comercio, la democracia y la libertad. Eso implica que tendremos un alineamiento de geopolítica con Estados Unidos e Israel. Esa es nuestra política internacional”.
A su vez la actual ministra de seguridad, Patricia Bullrich, declaró que “creemos en un orden internacional basado en reglas para preservar la paz y el respeto del derecho internacional. La Argentina bajo nuestro gobierno no va a estar en BRICS”.
Tanto uno como otra, cuestionaron que Argentina se sume a una alianza compuesta por personajes y regímenes muy cuestionables: Putin, invasor de Ucrania; e Irán, aliado de Hamas, Hezbollah y responsable de los dos ataques terroristas sufridos por Argentina en 1992 y 1994.
(*) Sitio de periodismo de investigación www.elarchivo.com
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