El boleto dispara un conflicto impensado

La eliminación de los subsidios al boleto de colectivo en la provincia amenaza con desatar un conflicto que no estaba en los planes de nadie. Lo que el gobierno de Mauricio Macri llama “traspaso del gasto a las provincias” es en realidad una quita directa de la compensación que reciben las empresas de transporte. Los intendentes avisaron que no podrán hacerse cargo del gasto y Alberto Weretilneck les contestó el jueves en Bariloche que no era problema de él. En Roca el viaje podría irse a 38 pesos y en Bariloche crecería hasta los impagables 47.

“Tienen tres meses para pensarlo”, dijo el gobernador. Sabe de sobra que no es un asunto de tiempo sino de recursos y decisiones. Y si el tiempo fuera la solución se podría haber optado por el gradualismo. Va a ser inevitable que una poda directa haga colapsar el servicio.

Es lógico que el intendente de Roca, candidato a gobernador del PJ y principal opositor al gobierno de Weretilneck, Martín Soria, advierta las consecuencias de esta medida. “Hace dos años y medio que hago obras con recursos propios. Ahora nos cortaron el Fondo Sojero, que eran 21 millones para Roca, y encima quieren que ponga 40 millones para suplir una responsabilidad con el transporte público que es de ellos”, bramó el roquense en su despacho cuando le dijeron que ni siquiera iba a prosperar la idea del ministro de Economía, Agustín Domingo, de subsidiar, a través de la SUBE, a los sectores vulnerables.

La empresa Mi Bus, que maneja el transporte en Bariloche con vehículos en bastante buen estado, cobra un boleto mínimo de 19 pesos. Y pedirá el mes que viene que se vaya a 26. Es la que mayor cantidad de subsidios nacionales recibe: más de 10.000.000 de pesos por mes. Sin subvención nacional nadie podría viajar sin pagar al menos 47 pesos.

18 de Mayo, el colectivo de Roca, cobra un boleto mínimo de 17,5 pesos. Recibe unos 3.500.000 pesos por mes de subsidio nacional, sin el cual el intendente Soria ya hizo el cálculo que habrá que cobrar 40 pesos el boleto.

¿Cómo haría un trabajador que cumple doble turno para pagar entre 3.000 y 4.000 pesos por mes sólo de colectivo? Las ventas de boletos bajarían, las empresas presionarían sobre los municipios y, como ya se dijo esta semana, los sistemas colapsarían.

Es una bomba de tiempo porque el transporte incide cotidiana y directamente en el humor social de la gente, especialmente en Bariloche, donde el uso del colectivo atraviesa las clases sociales.

Gustavo Gennuso quedó rumiando bronca esta semana y se mordió más de una vez la lengua para no salir a contestarle al que por ahora es el máximo referente de su alianza de gobierno.

En la provincia reciben además subsidios nacionales las empresas que tienen servicios locales: Pehuenche en Cinco Saltos y Cipolletti, La Comarca en Viedma, Doradas Bus en Sierra Grande y tres compañías con servicios locales e interurbanos: Las Grutas, Ko:Ko y Ceferino.

A los chispazos por el freno a las obras de la Ruta 22 entre Weretilneck y Soria les seguirá en los próximos meses la discusión por el subsidio a los colectivos. Los dos saben que no son tiempos para hacer campaña, que el clima social está tan raro que es difícil de analizar, y aunque el roquense quiere ser gobernador y el cipoleño hará todo lo posible por impedirlo en Viedma miran la evolución de la causa por corrupción que lleva adelante el juez Claudio Bonadio y en cualquier momento empiezan a contestarle a los peronistas con pasajes de los “cuadernos de Centeno”.

Soria está preparado: en la década anterior, las obras llegaban a Río Negro de la mano del senador nacional Miguel Pichetto, cuya candidatura a presidente maduró pronto y amenaza con pudrirse bien temprano (Indio Solari dixit).

“Se sabe que Bonadio era un protegido de Pichetto. De esto no tengo ninguna duda. Esto era vox populi en nuestro sector. Diana Conti y Carlos Kunkel no votaron (en el Consejo de la Magistratura) el juicio político a Bonadio en 2007. Y a lo mejor tenemos que hacernos cargo de esa parte”, dijo esta semana Oscar Parrilli.

El impacto social de un aumento exponencial del precio del transporte urbano sería enorme. Por ahora, Weretilneck dice que es un problema de los intendentes.

Gustavo Gennuso prefiere por ahora no confrontar con el líder de su alianza de gobierno, pero Martín Soria advierte que el costo político será de la Provincia.

Datos

El impacto social de un aumento exponencial del precio del transporte urbano sería enorme. Por ahora, Weretilneck dice que es un problema de los intendentes.
Gustavo Gennuso prefiere por ahora no confrontar con el líder de su alianza de gobierno, pero Martín Soria advierte que el costo político será de la Provincia.

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