Los servicios públicos son derechos humanos

Por Silvia Horne*

Días atrás nos reunimos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC distintos sectores económicos, políticos y de la comunidad a debatir un problema común: el impacto de las tarifas en el desarrollo regional. Esto demuestra la necesidad de plantear una actitud organizada de freno al gobierno nacional.

Distintos sectores de la vida social, económica y política de nuestra región pusieron en cuestionamiento cada una de las razones por las que el gobierno dice que las tarifas tienen que seguir aumentando. Es significativo lo que pasó el miércoles de la semana pasada en la Cámara de Diputados, donde pudimos construir una mayoría que le puso un freno a una actitud omnipotente, autoritaria, irracional e inhumana. Y lo hicimos desde todos los bloques del peronismo, la izquierda y muchos bloques provinciales: esto no es menor y no puede pasar inadvertido.

La tesis de este modelo que nos gobierna sostiene que “hay que sincerar los costos de las tarifas porque así después vamos a poder ir a un verdadero desarrollo que estaba impedido porque las tarifas estaban negadas y no las pagábamos”. La otra tesis del gobierno es que “si se frenan estos aumentos inmensos, estos aumentos descomunales, se desfinancia el erario público”. El tercer argumento del gobierno es que “nos empieza a ir mal porque la oposición está poniendo en riesgo el aumento de tarifas”. Esos tres elementos están en el relato de este modelo macrista. Nosotros/as vamos a demostrar que son falsos.

En el primer caso, cuando se habla de sinceramiento se está negando o se está mintiendo con respecto a lo que significan los subsidios. Se dice “hay que cortarla con los subsidios”, “la economía tiene que fluir”, cuando en realidad el subsidio es el aporte que hace siempre un sector a otro sector.

Venimos de un modelo en el cual el Estado decidió subsidiar a los usuarios de los servicios públicos, de modo que eso reactivara el consumo, la producción y el desarrollo de las regiones; hoy se está planteando un modelo de subsidios inverso, que todos los usuarios, los productores, los fabricantes, subsidien a las empresas que brindan los monopólicos servicios.

El segundo argumento es el desfinanciamiento al erario público. No me voy a extender sobre este punto. Todos hemos visto los camiones de caudales con dólares en Aeroparque y en el aeropuerto de Ezeiza. Todos hemos visto el vaciamiento de las reservas vendiendo dólares a mansalva para evitar el aumento del dólar. No es cierto que necesitemos este shock de tarifas para crecer, no es cierto que los subsidios a las tarifas vayan a desfinanciar el Estado, sí puedo decir que el aumento indiscriminado de las tarifas implica también un incremento importante de la recaudación de la parte impositiva de esos aranceles y que de eso tampoco se quiere desprender el gobierno nacional.

Río Negro es una provincia productora de energías hidroeléctrica y gasífera.

En su producción hidrocarburífera, Río Negro tiene pozos que sólo producen gas y es uno de los principales productores del país. Sin embargo, va por tener la caída de la primera industria continental radicada en la provincia, que fue disputada por todo el mundo, Alpat, y que tiene como principal insumo el gas. No puede ninguna empresa pagar una factura de gas que triplique su masa salarial. Es absurdo. Hoy están pagando casi 10 millones de pesos por semana.

Nuestra economía regional, la fruticultura, está sufriendo impactos macroeconómicos de muchos lados, porque se importan productos que producimos, porque con el aumento del dólar cuesta mucho más adquirir los insumos importados, pero también porque se ha achicado el mercado. No hay nadie del otro lado del mostrador. Seguramente los comerciantes lo están viviendo en carne propia.

Ahora, ¿cómo hacemos como provincia para sostener un desarrollo con los recursos naturales que tenemos? ¿Dónde está el gobierno provincial? ¿Cómo se sostiene la industria de galpones y frigoríficos en el Alto Valle si no hay una política mínima de protección del sector? El costo del consumo eléctrico en los frigoríficos es imposible de costear. ¿Cómo vamos a hacer para sostener la industria turística si no hay una política de acceso al costo fijo más importante como son las tarifas de servicios públicos y en particular del gas?

El impacto de las tarifas es acumulativo y no tiene proporción con la capacidad de pago ni de los usuarios ni de las industrias.

Quiero remarcar que las tarifas de servicios públicos no son un bien más de consumo, no son un producto más con el cual recaudar impuestos, son tarifas de servicios públicos esenciales, servicios públicos que constituyen derechos humanos consagrados y de los que ya hemos gozado y no se puede volver atrás.

Sobre el tercer argumento del gobierno que expuse al inicio, el gobierno está haciendo todo para que le vaya mal.

El gobierno argentino fue al FMI a mendigar un crédito en condiciones leoninas, nada más que para parar la estampida del dólar e intentar parar el déficit. Ni siquiera tienen un pronóstico de estabilidad en el sistema productivo. El 9 de mayo de 2018 va a pasar a la historia como el día en el que se consagró la mayor estafa a los/as argentinos/as en el último siglo. Señores del gobierno, deberán hacerse cargo del acto artero contra la soberanía que se consagra en la entrega a los designios del Fondo Monetario Internacional.

Desde la oposición nuestra tarea es poner un freno al impacto de estas políticas en los sectores de la producción y el trabajo, de las familias, los jubilados/as. Por eso sostuve en mi intervención en la Cámara de Diputados que parecen una bandita de “niños bien” destrozando juguetes caros que no les pertenecen. Han eliminado a los patriotas de los billetes y han pedido perdón al rey de España por la independencia.

Y ahora, con la vuelta a las políticas de ajuste del FMI, con ministros CEO como Aranguren, con el remate de tierras y la destrucción de la industria nacional, queda claro que necesitamos más que nunca la unidad de los sectores políticos, sociales, económicos y culturales y que tenemos un proyecto de nación productiva, libre y soberana.

*Diputada Nacional por Río Negro (Mov. Evita)

“El impacto de las tarifas es acumulativo y no tiene proporción con la capacidad de pago ni de los usuarios ni de las industrias. No son un producto más, sino servicios esenciales”.

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“El impacto de las tarifas es acumulativo y no tiene proporción con la capacidad de pago ni de los usuarios ni de las industrias. No son un producto más, sino servicios esenciales”.

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