Villa Mascardi y cambios electorales
Nación y Provincia acordaron desplegar un “comando conjunto”. Serviría también definir para qué esa guardia compartida, es decir, precisar labores que cumplirán.
Volvió la violencia a Villa Mascardi en el conflicto mapuche, dejando impávido, otra vez, al Estado, esencialmente el nacional después del ridículo en el quedó expuesta, con su huida, la fuerza federal desplegada de custodia en la zona.
El viernes, en Roca, la gobernadora Arabela Carreras y el presidente Alberto Fernández ratificaron la creación de un “comando unificado”, que estaría operativo en la semana. Coincidieron que la situación escaló demasiado. Serviría que, además de la presencia, se defina para qué esa guardia compartida, puntualmente qué funciones cumplirían. Un punto nunca resuelto, ni claro todavía.
“Cada uno lo califica como lo considera, pero yo necesito gestionar” con la Nación. Ahí se ubicó Carreras y se diferenció de la “inacción nacional” denunciada un rato antes por el senador Alberto Weretilneck, incluyendo críticas a la Justicia Federal porque “no hizo nada de nada”.
El ex gobernador siempre reclamó a Nación por mayor acompañamiento a los vecinos frente a las acciones de los “violentos” en la problemática mapuche, pero aprovechó la visita de Fernández a Río Negro para acentuar esa diferencia en su habitual objetivo de liberarse del amarre al Frente de Todos en cada ocasión que su voto en el Senado lo deja sujeto al oficialismo, como ocurrió con su reciente apoyo para ampliar la Corte Suprema.
Para colmo, el diputado Luis Di Giacomo anticipó una iniciativa para la eliminación de las PASO en Nación, ofrendando un trámite bien pretendido por el FdT. Todavía no se presentó y se asegura que sigue en evaluación. ¿Habrá revisión en el favor al oficialismo?
JSRN planea un cambio en el Código Electoral para el proceso 2023, con actualizaciones, ajustes a sus planes y, posiblemente, un texto de resguardo interno para su estrategia.
El retroceso es una característica en JSRN, especialmente en esa materia. El oficialismo impulsó ese régimen electoral y lo sancionó en el 2014 para suspenderlo en el 2015 y derogarlo en 2018. Las Primarias no tuvieron vida en Río Negro.
Antes, Di Giacomo respaldó la boleta única, con aprobación en Diputados, y participó en Roca de un acto en la promoción de esa modificación. Actuó, en este caso, a contramano. En Río Negro, el expediente con esa reforma -que presentó el legislador Juan Martín de JxC- sigue sin movimiento legislativo.
Cada variante electoral tiene su origen en las tácticas del oficialismo de turno. Y el sistema de boleta única no favorecería al diseño que más convence a JSRN o, mejor dicho, a Alberto Weretilneck, que planea alinear a sectores detrás de su formula con colectoras o listas adherentes.
En esa línea, sus técnicos trabajan en retoques en el Código Electoral provincial, estimándose que su elevación legislativa se concretaría en los próximos días y su tratamiento en el recinto se daría a mediados de octubre.
¿Qué modificaciones se plantearán? Hay reserva y, tampoco, está resuelvo el texto, pero hay lógicas actualizaciones, como establecer límites en la propaganda por las redes sociales y, obviamente, precisar el esquema de adhesión a candidatos ajenos, producto de acuerdos extrapartidarios. Nada ocasional. Eso tendrá su razón si prosperan las alianzas ideadas por Weretilneck.
La gobernadora admitió en un asado con legisladores de JSRN que las elecciones serán en abril. La fecha más factible: el domingo 16. Nada indica desvíos en Carreras, salvo de que modera tiempos y programa cerrar compromisos propios con el Partido. Habla del senador.
El equilibrio es frágil en el núcleo del oficialismo. Poco vale lo poco que se habla. Eso explica otra variante en elaboración del Código Electoral. Su artículo 141 prevé que en Río Negro se realicen las elecciones “entre abril a octubre “ y la posibilidad de “la realización simultánea con las elecciones nacionales”. Hay cambios trazados para esa parte, con ajustes que acotarían la maniobra del Ejecutivo, posiblemente en plazos y la simultaneidad con la Nación.
Si así fuera, se buscaría achicar el riesgo de posibles perturbaciones internas a lo proyectado. Reina, sí, la desconfianza.
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