Optimismo en relación a la deuda

El Fondo Monetario Internacional expresó su apoyo a la posición argentina. El gobierno avanza en las conversaciones con los grupos de bonistas y presentará una nueva oferta esta semana. El mercado financiero sube, anticipando el acuerdo.

Optimista. Martín Guzman confía que tras el respaldo del FMI los acreedores aceptarán la oferta.

“El objetivo es reestructurar la deuda de una manera que Argentina pueda pagarla. Nadie se beneficia de un país que cae del precipicio de la deuda”. Las palabras pertenecen a Kristalina Gerorgieva, Directora Ejecutiva del Fondo Monetario Internacional.
La funcionaria expuso esta semana en un evento organizado por el matutino The Whashington Post, y aprovechó la ocasión para dar a conocer el apoyo explícito del organismo multilateral a la posición argentina en la negociación con los acreedores. Luego de agradecer la buena predisposición de las partes y de manifestarse a favor de un acuerdo, agregó que en caso de no llegar a buen puerto la negociación “el país quedaría excluido de los mercados, el crecimiento sufriría, la gente sufriría y los acreedores no recuperarían su dinero”. Para finalizar agregó que “en ocasiones, es necesario realizar una reestructuración reflexiva”.
El espaldarazo que llegó desde el norte, terminó de definir la nueva propuesta que el gobierno presentará esta semana. El plan oficial es mantener las conversaciones abiertas con los grupos de bonistas hasta el día miércoles 10, mientras que el próximo viernes 12 se presentaría ante la Security y Exchanged Commission (SEC) la nueva oferta que reemplazará la fallida propuesta presentada el mes pasado.

“El objetivo es reestructurar para que Argentina pueda pagar. Nadie se beneficia de un país que cae al precipicio de la deuda”.

Kristalina Georgieva (Directora Ejecutiva FMI)


La diferencia que existe en las conversaciones es mínima. Los acreedores esperan un valor presente neto (VPN) de 55%. El gobierno en tanto, y a tono con las recomendaciones del FMI, pretende que no supere 50%. En dinero, la diferencia es de no más de u$s 5.000 millones. Ello es lo que genera optimismo, tanto en las filas oficiales, como en el mercado financiero, donde dan por descontado que el acuerdo finalmente llegará.
Saben en el gobierno que existe una tercera parte de los bonistas que se mantienen reacios a un acuerdo. Sin embargo son optimistas respecto a la posibilidad de alcanzar un nivel de adhesión muy superior al 18% logrado en la anterior versión de la oferta.
“No estaría bien apurarse a cerrar un acuerdo que no le sirva a la Argentina. Necesitamos un acuerdo que cuide a la Argentina. Eso es lo que me encomendó el Presidente”, manifestó al cierre de esta semana el Ministro de Economía Martín Guszman.
El objetivo oficial es alcanzar un horizonte del 66% de adhesión, lo cual permitiría dar por cerrada la primera etapa de la negociación, dejando abierta la puerta a una segunda ronda que incluya a los que queden afuera. Es sabido que en una re estructuración en la que la mitad más uno de los acreedores acepta el acuerdo, el resto tarde o temprano prefiere acompañar.
El mercado bursátil, se hizo eco del optimismo. Al final de la rueda del viernes, los papeles argentinos operaban al alza. El índice S&P Merval cerró la semana con una suba del 3,6%, superando por primera vez los 45.000 puntos.
En la performance de los activos, influyó notablemente el dato dado a conocer el jueves en EEUU, donde el desempleo se desaceleró hasta el 13,3% en mayo, luego de tocar el 14,7% en abril, lo que supone perspectivas de una recuperación económica más rápida de lo esperado.


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