Otra vez rodaron peligrosas piedras por faldeos de San Martín
Patricio Rodríguez
SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Dos piedras de varios cientos de kilogramos se desprendieron desde los faldeos del cerro Curruhuinca y detuvieron su carrera a escasos metros de una vivienda de calle Sarmiento, por fortuna sin provocar víctimas ni daños materiales. Sobre la ciudad se abatieron nevadas intermitentes, que en cerro Chapelco alcanzaron los 15 centímetros en las distintas cotas. La precipitación hizo las delicias de esquiadores y surfers, pero provocó algunos trastornos el tránsito camino al cerro. En el casco histórico, las nevadas fueron precedidas de intensas lluvias, que habrían tenido incidencia sobre la caída de los peñascos, algo que se viene repitiendo con frecuencia alarmante. Las últimas piedras, de alrededor de un metro de diámetro, cayeron cerca de las 2:30 de la madrugada rodando por los faldeos hasta acabar a la altura del número cero de calle Sarmiento, al pie de la ladera. Al lugar acudieron Bomberos Voluntarios, personal de la Defensa Civil de la ciudad, guardas ambientales del municipio y autoridades de la secretaría de Obras y Servicios Públicos de la comuna. Tras una evaluación se decidió no realizar evacuaciones de las familias, aunque se mantiene el control y la vigilancia de ese sector del cerro Curruhuinca. Precisamente, esa montaña que rodea al casco histórico por el norte, es considerada de riesgo. Un estudio realizado a pedido de autoridades nacionales en la anterior gestión municipal del MPN, conocido como “informe Halcrow”, detectó en el Curruhuinca amenazas ciertas de riesgo geológico, deslaves, desmoronamientos, pérdida de retícula natural del terreno producto de la deforestación y desprendimiento de piedras, entre otras consideraciones contenidas en un documento de 200 páginas. La pasada semana, un funcionario de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación recorrió las laderas del Curruhuinca, y anticipó gestiones de fondos para financiar obras de remediación. El 4 de junio, en otro sector de la ciudad y sobre faldeos que dan al sur de la Ruta 234, se produjeron desprendimientos pero esta vez de colosales piedras, algunas de ellas de hasta 12.000 kilogramos, que destruyeron un corralón de materiales y una edificación de departamentos, por fortuna sin moradores.
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